Vómitos, diarrea, dolores musculares y un malestar general que dura varios días. Tal y como explica el portal especializado en medicina Mayo Clinic, la gastroenteritis viral, conocida comúnmente como “gripe estomacal,” es una infección intestinal que se transmite principalmente a través del contacto directo con personas infectadas o mediante el consumo de alimentos o agua contaminados.
Aunque en personas saludables suele resolverse sin mayores complicaciones, la gastroenteritis viral puede ser un riesgo para bebés, adultos mayores y personas con sistemas inmunitarios débiles. Actualmente, no existe un tratamiento específico para esta enfermedad. Sin embargo, sí pueden adoptarse varias medidas para minimizar el malestar. De igual forma, para reducir el riesgo de contagio, se recomienda evitar alimentos y agua potencialmente contaminados y practicar una buena higiene personal, con un lavado frecuente y adecuado de manos.
Cómo recuperarse de una gastroenteritis
Tras una gastroenteritis, la alimentación debe retomarse de manera progresiva para evitar irritaciones en el sistema digestivo. La prioridad inicial es la hidratación, que puede lograrse con pequeños sorbos de agua a lo largo del día, soluciones de rehidratación oral o caldos ligeros. Las infusiones suaves, como manzanilla o té verde, también son recomendables, aunque deben consumirse con moderación y sin azúcar.
En una primera etapa, es aconsejable optar por alimentos blandos y de fácil digestión. El arroz blanco, cocido sin aceite ni condimentos, es un básico de esta fase, al igual que la manzana cocida o rallada, que ayuda a regular el sistema digestivo. Otros alimentos como el plátano maduro, por su aporte de potasio, o el pan tostado y las galletas saladas, pueden ayudar a asentar el estómago.
A medida que mejora la tolerancia digestiva, se pueden introducir proteínas ligeras y alimentos de fácil preparación. Entre ellos destacan el pollo o pavo cocido, preferiblemente sin piel, y el pescado blanco como la merluza o el bacalao, preparados al vapor o a la plancha. Para acompañar, se puede recurrir a las patatas cocidas y las zanahorias hervidas.
Durante el periodo de recuperación, hay alimentos que conviene evitar. Entre ellos, los productos lácteos, así como los alimentos grasos, fritos o muy condimentados. También deben excluirse las bebidas con cafeína, alcohólicas o carbonatadas, las frutas cítricas y los zumos ácidos. La dieta blanda debe mantenerse durante unos días, reintroduciendo progresivamente los alimentos habituales según la tolerancia del organismo.
Los síntomas de la gastroenteritis viral, que pueden manifestarse entre uno y tres días después de contraer la infección, varían en intensidad, desde leves hasta graves, dependiendo de la causa. En la mayoría de los casos, los síntomas graves no suelen durar más de uno o dos días, aunque en situaciones excepcionales pueden prolongarse hasta dos semanas. En caso de dudas o si los síntomas persisten, se recomienda consultar a un profesional médico.
Cuándo llamar a un médico si tienes gastroenteritis
En adultos, es importante consultar a un médico si los vómitos persisten más de dos días o si la diarrea, que puede incluir sangre, se prolonga durante varios días. También se debe buscar ayuda profesional si la fiebre supera los 39 grados, si se experimentan mareos o aturdimiento al estar de pie, confusión mental, o dolor abdominal persistente.
En el caso de los niños, se deberá acudir a un médico si el menor muestra signos de somnolencia inusual, vómitos frecuentes o presencia de sangre en el vómito, así como diarrea sanguinolenta. Además, los síntomas de deshidratación, como boca y piel secas, sed intensa, ojos hundidos o llanto sin lágrimas, requieren atención inmediata. En los bebés, la deshidratación puede manifestarse también mediante el hundimiento de la fontanela y la ausencia de orina en los pañales durante más de tres horas. Es especialmente importante vigilar la fiebre.