Una enfermera española cuenta su experiencia trabajando de matrona en Irlanda: “Nunca había conocido a tanta gente que quiere dejarlo”

Muchas enfermeras salen de España en busca de mejores condiciones laborales, pero no siempre se encuentran

Mar (@mareddyrub) cuenta su experiencia como matrona en Irlanda. (Imagen ilustrativa Infobae)

Bajos sueldos, sobrecarga del servicio y falta de estabilidad. Son algunos de los problemas que enfrentan las enfermeras en España y que terminan afectando en su salud física y mental. Las bajas ratios de enfermeras (6,6 por cada 1.000 habitantes), unido a unas condiciones laborales duras y poco competitivas, hacen que muchas sanitarias decidan emigrar para buscar mejores oportunidades, ya sea a otras regiones de España o, directamente, a otros países.

En el año 2021, más de 3.200 enfermeras se trasladaron a Reino Unido para ejercer la profesión. Desde el Brexit, sin embargo, Noruega es el principal destino de estas profesionales y cada vez más lo solicitan. Otros lugares como Francia, Bélgica o Irlanda tampoco se quedan atrás. En 2021, 244 enfermeras españolas se trasladaron a la nación isleña, según datos del Consejo General de Enfermería, y en 2023 otras 60 solicitaron al CGE el traslado.

Es el caso de Mar (@mareddyrud), una joven enfermera que se trasladó a Dublín para terminar su especialidad en Obstetricia y Ginecología. La matrona ha contado su experiencia en redes sociales, que “como todo, tiene sus partes buenas y tiene sus partes malas”.

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La especialidad en Irlanda

En España, las enfermeras deben pasar por dos años de residencia para conseguir la especialidad en una de las seis categorías disponibles. En Irlanda, sin embargo, el equivalente al EIR duraría 18 meses, según cuenta Mar. Sin embargo, “tienes que hacer un año extra trabajando” para conseguir la convalidación del título de matrona.

Además, “cuentas como una matrona más”, explica la española. “Igual no sabes lo que estás haciendo, pero tienes tus propias mujeres. Únicamente alguien tiene que estar supervisando”, dice. Un aspecto no especialmente positivo para Mar, pues falta mucha formación antes de ejercer: “No te enseñan a suturar”, dice. Eso sí, “cobras como si estuvieses ejerciendo de enfermera allí”, algo que en España no pasa.

En su caso particular, Mar avisa de que no tuvo una buena experiencia. “El hospital donde yo hice la especialidad no tiene tan buena reputación con cómo tratan a los alumnos. Tuve malas experiencias con el bullying, malas experiencias con el trato de las otras matronas, sobre todo de las managers. Creo que eso marcó un poco cómo me siento yo en general con la profesión", lamenta.

“La mayoría de matronas no quiere seguir ejerciendo”

El buen sueldo no parece ser suficiente para mantener a las trabajadoras, según cuenta Mar. “Nunca había conocido a tanta gente que quiere dejar la profesión como trabajando en Dublín”, asegura. “La mayoría de matronas que conoces no quieren seguir ejerciendo de matrona o quieren salir de Irlanda”, añade.

Mar siempre estará “agradecida” de haberse trasladado, “porque en Dublín también es donde conocí a mi marido”, pero a nivel profesional tiene sus dudas. “Si yo tuviese que volver a hacerlo, buscaría más información acerca de qué hospitales aceptar y qué no”, dice. “Siempre suma el viajar, conocer otras realidades, vivir en otros países, pero es una decisión bastante personal. Tienes que ver lo que te conviene a ti, lo que quieres hacer tú”, concluye.

Faltan enfermeras y las tenemos en el paro: más de 17.000 especialistas esperan para trabajar en atención primaria.

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