La estafa de las botellas de vino: un anciano pagó 14.000 euros por botellas de poco precio que los delincuentes le vendieron como exclusivas

Con la llegada de las fiestas de fin de año, la tradición de acompañar las celebraciones con botellas de vino de alta gama ha sido aprovechada por delincuentes para llevar a cabo fraudes millonarios. Bajo esa premisa, el tribunal de Bayona, en Francia, ha puesto fin a una de estas operaciones, después de que dos personas, un hombre de 44 años, y su cómplice, afincado en Ambarès-et-Lagrave (Gironda), han sido condenados a dos años de prisión, incluidos seis meses de suspensión de la pena por abuso de debilidad, después de revender botellas de vino a un precio diez veces superior a jubilados en las Landas y los Pirineos Atlánticos.

Según informó el medio francés Sud Ouest el juzgado les declaró culpables el pasado 10 de diciembre de 2024, en la que estos dos individuos idearon y ejecutaron una estafa entre 2018 y 2021. Los responsables adquirían botellas de vino a bajo coste de mayoristas y las revendían entre cinco y diez veces su precio real, presentándolas como productos exclusivos.

Las víctimas tenían entre 78 y 98 años. Una de las ellas llegó a pagar 14.000 euros por vinos que en realidad eran de poco valor. Otro caso implicó a una mujer con Alzheimer, cuya condición le impidió detectar el engaño. Fueron sus vecinos quienes, tras notar irregularidades, alertaron a su familia. “La idea de que un individuo haya podido presionar a mi madre, que padece Alzheimer, me resulta insoportable”, declaró el hijo de la víctima durante la vista celebrada el pasado 5 de noviembre. El tribunal confirmó que 25 personas resultaron afectadas por esta trama.

Los estafadores no actuaron solos. Para encubrir sus acciones y dificultar el seguimiento del dinero, utilizaron un centro de llamadas en Marruecos y canalizaron las ganancias a través de nueve empresas diferentes. Este entramado complicó las investigaciones y fue clave en la estrategia de defensa de uno de los acusados. Su abogado argumentó que su cliente era un simple repartidor dentro de la red y que la responsabilidad recaía en el call center que gestionaba las ventas telefónicas.

No obstante, el tribunal rechazó esta argumentación. Los jueces determinaron que ambos acusados participaron activamente en la estafa y se aprovecharon de la vulnerabilidad de sus víctimas, una acción que calificaron como abuso de debilidad.

La justicia francesa condenó a los dos responsables a penas de dos años de prisión, aunque ambas quedaron parcialmente suspendidas. Además, los acusados deberán indemnizar a las víctimas por los daños ocasionados. El fallo también pone en evidencia los riesgos a los que están expuestas las personas mayores ante este tipo de estafas, que se intensifican en épocas festivas.

Este caso refuerza las advertencias de las autoridades sobre los fraudes que proliferan en el mercado del lujo y los productos gourmet, donde un precio elevado no siempre es sinónimo de calidad. La vigilancia por parte de familiares y comunidades resulta crucial para evitar que personas vulnerables caigan en este tipo de engaños. Las autoridades insisten en que cualquier oferta telefónica que implique grandes sumas de dinero debe ser tratada con cautela y verificada antes de realizar una transacción.