El mejor guachinche canario: unas espectaculares vistas al Teide y unos entrantes que no superan los cinco euros

En el corazón de la gastronomía canaria, los guachinches son esos lugares tradicionales y familiares en los que disfrutar de la auténtica comida del archipiélago. Estos locales, tan emblemáticos y característicos de Tenerife, nacieron como lugares improvisados donde los viticultores ofrecían sus vinos acompañados de platos caseros a precios asequibles. Aunque hoy en día, muchos han evolucionado hacia espacios más organizados, mantienen esa esencia rústica y su compromiso con la cocina local, sirviendo recetas típicas como las papas arrugadas con mojo, carne de cabra o el conejo en salmorejo, en un ambiente desenfadado.

La tradición dicta que los guachinches sólo deben ofrecer platos canarios y, lo más importante, vinos de cosecha propia para garantizar una experiencia culinaria profundamente enraizada en la tierra y los sabores isleños. Estas casas de comidas suelen ubicarse en zonas rurales o juntos a las bodegas. Visitar uno de estos locales es una invitación a degustar la autenticidad de Canarias en cada plato y cada sorbo.

En un lugar donde la tradición y el sabor local se unen junto a unas vistas inolvidables y que quitan el habla, se encuentra uno de los guachinches por excelencia, el de El Miradero. Este establecimiento se halla en Icod de los Vinos, una localidad conocida por su rica tradición vitivinícola y su imponente entorno natural. Además de su increíble patrimonio cultural y paisajístico, esta zona ofrece una experiencia enológica sin igual, con bodegas locales que producen vinos premiados gracias al microclima de la región y a sus suelos volcánicos. La gastronomía también es protagonista, por ello, no es de extrañar que en Icod de los Vinos esté el mejor guachinche canario.

Ubicado en la zona del llanito Perera deleita con unas vistas magníficas del Teide y es un restaurante donde “disfrutar de la vida, comer bien y beber vino”. Esta finca, tal y como detallan en el portal Guachinches Tenerife, ofrece una experiencia especial bajo la sombra de los árboles.

La ubicación es incomparable, así como la comida, cuenta con platos típicos de los guachinches tradicionales como los quesos y costillas, además de carnes a la brasa, entre las que destacan la chuleta o la punta de costillas. Un sitio que debes visitar si eres amante del buen vino. Lo mejor es que no sólo la calidad de los platos es excelente, sino que sus precios también, los entrantes no superan los cinco euros y las carnes rondan entre los 15 y los 30 euros el kilo.

Este es un restaurante tradicional, pero con un toque de modernidad en el interior, que se aprecia en esa decoración rústica a la par que acogedora. Un refugio en el que huir del bullicio de la ciudad, deleitarse con la inmensidad del paisaje, como el maravilloso Teide.

Lo mejor es reservar un día entero para descubrir este lugar algo recóndito de la isla, rodeado de viñedos con un casco histórico de calles empedradas y edificios de arquitectura tradicional canaria. No hay que perderse tampoco en esta visita ni la iglesia de San Marcos ni el convento de San Francisco.