Cómo se transmite el VIH: síntomas y causas

El acceso a los tratamientos es fundamental para preservar el bienestar de quienes conviven con el virus

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Una persona trabajando en un laboratorio (Imagen Ilustrativa Infobae)
Una persona trabajando en un laboratorio (Imagen Ilustrativa Infobae)

En España, cerca de 150.000 personas conviven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). En los años 80, su diagnóstico era una sentencia de muerte. En un estado avanzado, la enfermedad, ataca y debilita progresivamente el sistema inmunológico del organismo, terminaba por provocar la enfermedad del sida y finalmente la muerte. Sin embargo, actualmente las terapias antirretrovirales han revertido por completo esta situación y permiten a los pacientes vivir una vida normal.

Así pues, el acceso a los tratamientos es fundamental para preservar el bienestar de quienes sufren el virus. Aunque el sistema inmunitario reacciona reduciendo la cantidad de virus en la sangre, no logra eliminarlo por completo, lo que permite que el virus persista y afecte otros órganos. Durante años, el cuerpo puede mantenerse en un aparente equilibrio, pero el VIH continúa replicándose e infectando nuevas células. Sin tratamiento, esta dinámica provoca un debilitamiento progresivo del sistema inmune. Para evitar que esto ocurra, es necesario conocer los síntomas del virus.

Una persona trabajando en un laboratorio (Imagen Ilustrativa Infobae)
Una persona trabajando en un laboratorio (Imagen Ilustrativa Infobae)

Cuáles son los síntomas del VIH

Los síntomas del VIH y SIDA varían en función de la persona y de la etapa de la infección. Según cuenta el portal especializado en medicina Mayo Clinic, en las primeras semanas tras la infección por VIH, algunas personas desarrollan un cuadro clínico similar al de gripe. Este periodo, conocido como infección primaria o aguda, suele manifestarse entre dos y cuatro semanas después de la entrada del virus en el organismo. La duración de esta fase varía, extendiéndose desde unos días hasta varias semanas. Sin embargo, no todas las personas infectadas presentan síntomas en esta etapa.

Entre los síntomas más comunes destacan fiebre, dolor de cabeza, molestias musculares y articulares, sarpullido, dolor de garganta y aparición de llagas en la boca. También pueden observarse ganglios linfáticos inflamados, especialmente en el cuello, así como diarrea, pérdida de peso, tos y sudoraciones nocturnas. En muchos casos, estos signos pueden ser tan leves que pasan inadvertidos. A pesar de ello, la carga viral, es decir, la cantidad de virus en el torrente sanguíneo, es considerablemente elevada durante esta etapa. Esto incrementa la probabilidad de transmisión del VIH a otras personas en comparación con fases posteriores de la infección.

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Cómo se transmite el VIH

Tal y como se indica en el portal web del ministerio de Sanidad, el virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) se transmite a través de cuatro fluidos corporales: sangre, semen, secreciones vaginales y leche materna. Estos contienen una concentración suficiente del virus como para contagiar a otra persona. Las principales vías de transmisión son la sexual, la sanguínea y la de madre a hijo o hija. Para que ocurra la infección, es necesario que el virus penetre en el organismo y entre en contacto con la sangre o las mucosas, como las que revisten la boca, la vagina, el pene o el recto.

La vía sexual es la vía de trasmisión más frecuente. El riesgo es mayor durante las relaciones con penetración anal, seguida por la vaginal, siempre que se realicen sin preservativo. Las relaciones sexuales orales tienen un riesgo significativamente menor, especialmente si no hay eyaculación. Además, la presencia de otras infecciones de transmisión sexual (ITS) aumenta la probabilidad de contagio del VIH.

Por otro, el contagio por vía sanguínea implica el uso compartido de jeringas, agujas u otros instrumentos de inyección contaminados. También supone un riesgo el empleo de objetos cortantes no esterilizados, como los utilizados para tatuajes, perforaciones, acupuntura o similares. Por último, en la transmisión de madre a hijo o hija, el contagio puede producirse durante el embarazo, el parto o a través de la lactancia materna, siempre que la madre esté infectada con el virus.

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