Mantener una buena salud bucodental es esencial para preservar la salud general, en tanto a la prevención de otras enfermedades como la diabetes o algunas patologías cardiovasculares. Por otra parte, el estado de dientes y encías es un asunto importante en sí mismo, ya que algunas dolencias dentales pueden llegar a ser muy incapacitantes. Así, más allá de la gingivitis o la periodontitis, las caries preocupan especialmente a los dentistas.
En este sentido, las caries interdentales son especialmente complejas de tratar. Se presentan como en un tipo de caries dental que se desarrolla en las zonas de contacto entre dos dientes. Su ubicación hace que su tratamiento sea más complejo.
Detección y síntomas de las caries interdentales
Al desarrollarse entre los dientes, las caries interdentales son especialmente difíciles de detectar. Por ello, es habitual que este tipo de lesiones a menudo pasen desapercibidas hasta que presentan síntomas.
Entre la sintomatología más frecuente se encuentra la sensibilidad dental, especialmente al consumir alimentos o bebidas muy calientes, frías o dulces. Otro indicador frecuente es el dolor localizado entre los dientes, que puede variar en intensidad según el avance de la caries. El mal aliento persistente también puede ser un síntoma asociado, ya que refleja la acumulación de bacterias en la zona afectada.
Asimismo, en algunos casos, se pueden observar manchas oscuras o blanquecinas en las áreas interdentales afectadas. Dado que estos signos no siempre son visibles, los especialistas insisten en la importancia de las revisiones dentales regulares. Las radiografías son herramientas clave para detectar estas caries de manera precoz y evitar complicaciones más graves.
Cómo se forman las caries interdentales
El origen de las caries interdentales está ligado a la combinación de bacterias, restos de alimentos, y una higiene bucal deficiente. Las bacterias presentes en la placa bacteriana metabolizan los azúcares de los alimentos, produciendo ácidos que erosionan el esmalte dental. Con el tiempo, esta erosión puede alcanzar las capas más internas del diente, causando sensibilidad, dolor o incluso infecciones.
En consecuencia, las caries interdentales tienen varias causas. Las más comunes son la falta de uso de hilo dental, indispensable para eliminar residuos y placa en zonas que el cepillo no alcanza. También influye el consumo excesivo de azúcares, que alimenta a las bacterias productoras de ácidos que dañan el esmalte. Una técnica de cepillado deficiente, como hacerlo de forma apresurada o sin cubrir todas las áreas, facilita la acumulación de restos y bacterias. Además, factores genéticos como la forma de los dientes o el tipo de saliva pueden aumentar la predisposición a sufrir este tipo de caries.
Tratamiento de caries interdentales
El tratamiento de las caries interdentales varía según el grado de avance de la lesión. En los casos de caries inicial, cuando el daño se limita al esmalte dental, los especialistas suelen recomendar la aplicación de flúor, lo que ayuda a remineralizar el área afectada, fortaleciendo el esmalte y evitando que la caries progrese.
Cuando la caries es moderada y ha alcanzado las capas más profundas del diente, se requiere un abordaje más invasivo. El procedimiento incluye la eliminación de la parte dañada y el posterior relleno del espacio con materiales como resinas compuestas, que restauran la funcionalidad y estética del diente.
Si la caries ha avanzado hasta la pulpa dental, el tratamiento se complica. En estos casos, puede ser necesaria una endodoncia, un procedimiento que implica eliminar el tejido afectado del interior del diente, limpiar la zona y sellarla para evitar infecciones futuras. Este tratamiento es crucial para salvar el diente y restaurar su funcionalidad.