Qué es el síndrome de Marfan, el trastorno hereditario que afecta al esqueleto y provoca brazos extremadamente largos

Esta rara enfermedad genética afecta a 1 de cada 5.000 personas y puede manifestarse en varios sistemas del cuerpo

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Una doctora estudia unos análisis
Una doctora estudia unos análisis (AdobeStock)

Solo 1 de cada 5.000 personas sufre del síndrome de Marfan, lo que la convierte en una enfermedad genética muy rara y, al mismo tiempo, poco conocida. Por ello, cada 3 de diciembre se celebra el Día Europeo del Síndrome de Marfan con el objetivo de aumentar la concienciación en torno a este trastorno y promover un diagnóstico temprano.

El síndrome de Marfan es un trastorno genético que afecta el tejido conectivo, que es el que proporciona un soporte a muchas estructuras del cuerpo, como el esqueleto, la piel, los vasos sanguíneos y los órganos. Esta enfermedad está provocada por mutaciones en el gen FBN1, encargado de producir fibrilina-1, una proteína esencial para la elasticidad y fuerza del tejido conectivo. Aunque en la mayoría de los casos (alrededor del 80%) es hereditario, aproximadamente el 20% surge por nuevas mutaciones sin antecedentes familiares previos.

El síndrome de Marfan puede manifestarse en diversas partes del cuerpo, según explica la Clínica Mayo. Uno de ellos es el sistema esquelético, pues las personas afectadas suelen ser altas y delgadas, con extremidades largas y dedos delgados (aracnodactilia). También pueden presentar escoliosis, pies planos y deformidades en el pecho, como el tórax hundido (pectus excavatum) o sobresaliente (pectus carinatum).

Uno de los aspectos más graves del síndrome es su impacto en el corazón y los vasos sanguíneos. Es común que las personas desarrollen dilataciones o aneurismas en la aorta ascendente, lo que aumenta el riesgo de disección o ruptura aórtica, además de sufrir insuficiencia valvular cardíaca.

Los problemas visuales, como el desplazamiento del cristalino (ectopia lentis) y el aumento del riesgo de desprendimiento de retina, también son frecuentes en el síndrome de Marfan. También se observa mayor predisposición a desarrollar miopía severa.

Algunas personas también experimentan problemas pulmonares, como el colapso de los pulmones (neumotórax espontáneo) y la piel puede presentar estrías sin relación con el aumento de peso

Diagnóstico y tratamiento del síndrome de Marfan

El diagnóstico del síndrome de Marfan se basa en criterios específicos, como antecedentes familiares, características físicas y estudios médicos. Así, las pruebas incluyen ecocardiogramas, resonancias magnéticas, análisis genéticos y exámenes oftalmológicos para evaluar los problemas asociados. Aunque no existe cura para este raro trastorno, el tratamiento médico se enfoca en prevenir complicaciones graves y mejorar la calidad de vida:

  • Vigilancia regular: los chequeos frecuentes con cardiólogos, oftalmólogos y ortopedistas son fundamentales para detectar cambios en la salud.
  • Medicamentos: los betabloqueadores o bloqueadores de los receptores de angiotensina II ayudan a reducir la presión sobre la aorta y minimizar el riesgo de disección.
  • Cirugías: las intervenciones pueden ser necesarias para reparar o reemplazar partes de la aorta dañadas, corregir problemas de visión o abordar deformidades esqueléticas severas.
Episodio: Los huesos y el calcio.

Estilo de vida de las personas con síndrome de Marfan

Las personas con síndrome de Marfan deben evitar actividades que aumenten la presión arterial, como deportes de alto impacto o levantamiento de pesas. Otros ejercicios más suaves, como caminar o jugar golf, suelen ser más seguras. De todas formas, es importante que los pacientes y sus familias trabajen con especialistas para establecer planes de tratamiento personalizados

Vivir con una condición genética como el síndrome de Marfan puede ser muy difícil, especialmente para los niños y adolescentes para quienes las preocupaciones sobre la apariencia física o las limitaciones médicas pueden afectar la autoestima. En estos casos, los grupos de apoyo y el acceso a recursos educativos y emocionales pueden ser muy beneficiosos. Algunas organizaciones como la Asociación Síndrome de Marfan en España (SIMA) ofrecen asistencia y conexión con otras personas que enfrentan los mismos desafíos en su día a día.

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