Entre abril y mayo de 2024, el Observatorio de Bienestar Animal acudió a 321 locales del supermercado Lidl en toda España y recogió imágenes de 6.097 bandejas de pollo de distinto formato para llevar a cabo un análisis cuyo objetivo era contabilizar la presencia de “estrías blancas”, una patología que si bien no es dañina para los humanos que consumen el producto, sí que supone una reducción drástica del valor nutricional. El 97,9% de las pechugas tenían estas delgadas líneas blancas.
Las estrías blancas son una miopatía muscular que se asocia al crecimiento anormalmente rápido de los pollos, y que se traduce en hasta un 224% más de grasa, entre un 7% y un 21%, 10% menos de colágeno, y hasta un 9% menos proteínas, según el estudio Efecto de las rayas blancas en la composición química y el valor nutricional de la carne de pechuga, que cita el informe.
Por su parte, desde Lidl han afirmado al diario Público, que garantizar la calidad de sus productos es una prioridad, y que por esta razón hacen unos “exhaustivos controles de calidad a lo largo de toda la cadena de suministro a través de organismos independientes y acreditados”. En este sentido, aseguran que los controles son incluso “más estrictos” que los límites legales. “La presencia de estrías blancas en la carne de pájaro es un elemento común en el pollo que se comercializa habitualmente en los supermercados de España”, añade la cadena. “Se trata de un factor visual que separa la grasa de la carne, que no afecta al valor nutricional del producto y, ni mucho menos, a su calidad y seguridad alimentaria”, aseguran.
Existen estudios que indican que las estrías blancas afectan al 63-78% de los pollos de las razas de crecimiento rápido. Sin embargo, solo en torno al 9% de los pollos de crecimiento lento padecen esta enfermedad. Es por ello que la ONG exige a Lidl su adhesión al Compromiso Europeo del Pollo, un acuerdo voluntario de mínimos apoyado internacionalmente por 40 organizaciones de protección animal y conformado por criterios como la transición a razas de crecimiento lento o la disminución de la densidad de aves en las macrogranjas.
El Observatorio de Bienestar Animal ha denunciado esta situación mediante un escrito, presentado ante los Ministerios de Consumo, Asuntos Sociales y Agenda 2030, y de Agricultura, Pesca y Alimentación. Solicitan una investigación sobre la calidad y composición nutricional en la carne de ave - principalmente pechuga de pollo - de marca propia comercializada por Lidl España.
Un problema común
“La presencia de estrías blancas en la carne de ave es un elemento común en el pollo que se comercializa habitualmente en los supermercados de España”, añade la cadena. “Se trata de un factor visual que separa la grasa de la carne, que no afecta al valor nutricional del producto y, ni mucho menos, a su calidad y seguridad alimentaria”, enfatizan desde la cadena de supermercados. De hecho, el propio informe recoge datos de estudios similares realizados en otros países de Europa, como Reino Unido o Italia, donde los porcentajes son similares. Por ello, piden un cambio inmediato en el modelo.