Un farmacéutico explica por qué no deberías llevarte el móvil cuando vas al baño

Expertos advierten sobre los riesgos para la salud y la higiene asociados a este hábito cotidiano

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Un hombre sentado en la
Un hombre sentado en la taza del inodoro con su tablet. (Freepik)

¿Has pensado alguna vez en cuánto tiempo malgastas mientras estás en el baño con el móvil? Hay posibilidad que incluso estés leyendo esta noticia justo en ese momento. Llevar el teléfono móvil al baño se ha convertido en un hábito cotidiano, pero son muchos los expertos que ya advierten de las consecuencias negativas para la salud de esta práctica.

En un mundo cada vez más conectado, el móvil se ha convertido en una extensión de nosotros mismos. Lo llevamos a todas partes: al trabajo, a la cama e incluso al baño. Sin embargo, este último lugar puede ser más problemático de lo que parece. Aunque a primera vista pueda parecer inofensivo, llevar el móvil al baño tiene implicaciones que van desde riesgos para la salud hasta efectos negativos en nuestra postura y productividad.

Bacterias y gérmenes

El baño, por naturaleza, es uno de los lugares más contaminados del hogar. Estudios han demostrado que al tirar de la cadena sin cerrar la tapa del inodoro, pequeñas partículas de agua y materia fecal pueden dispersarse por el aire y depositarse en superficies cercanas, incluido tu teléfono móvil.

Los teléfonos pueden convertirse en auténticos depósitos de bacterias como E. coli y salmonella, que son potencialmente peligrosas para la salud. Esto se agrava porque los móviles suelen estar en contacto constante con nuestras manos y cara, lo que facilita la transferencia de microorganismos.

Aunque limpiar el teléfono con regularidad ayuda a reducir este riesgo, la mejor solución es evitar llevarlo al baño por completo.

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

Problemas posturales y musculares

Otro de los problemas asociados a este hábito es el impacto en la postura. Muchas personas tienden a pasar más tiempo del necesario en el baño cuando tienen un móvil en las manos. Leer mensajes, revisar redes sociales o jugar mientras se está sentado en el inodoro puede prolongar esta posición, que no es ideal para el cuerpo.

Estar demasiado tiempo en esta postura puede ejercer presión adicional en el área pélvica y en los músculos del recto, lo que aumenta el riesgo de padecer hemorroides a largo plazo. Además, la postura encorvada que adoptamos al mirar la pantalla del móvil también puede provocar tensión en el cuello y la espalda.

“Cuando estás sentado en el baño haces una presión adicional sobre las venas del recto y esto puede acabar produciendo hemorroides”, advierte Álvaro Fernández, conocido como el farmacéutico de las redes sociales.

Cómo romper el hábito

Dejar de llevar el móvil al baño no es fácil, pero es posible con algunos ajustes. Los expertos recomiendan dejar el teléfono fuera del baño antes de entrar y aprovechar ese tiempo para desconectar. Si te resulta difícil renunciar a la distracción, puedes optar por alternativas como leer un libro o simplemente dedicar ese momento a reflexionar.

Este hábito puede contribuir a una sensación constante de estar ocupado, lo que afecta nuestra capacidad de relajarnos y desconectar, incluso en momentos íntimos. Según un estudio reciente, las personas que usan el móvil en el baño suelen pasar hasta un 30% más de tiempo allí, lo que se traduce en pérdida de productividad diaria.

Además, establecer límites con el uso del móvil en general puede ayudarte a reducir la dependencia tecnológica. Reservar tiempos y espacios libres de tecnología, como el baño, puede mejorar tanto tu bienestar físico como mental.

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