Por qué se secan los labios y el problema de salud que expresan de la persona que los tiene

Tener los labios secos genera una sensación incómoda de tirantez y fragilidad. Cada movimiento se siente áspero, con pequeñas fisuras que pueden arder. La falta de hidratación acentúa el malestar, dejando una textura rugosa y propensa a agrietarse.

De esta forma, la sequedad bucal, aunque en algunos casos solo genera molestias leves, puede tener un impacto significativo en la salud general, así como en la de los dientes y las encías. Este problema puede dificultar la ingesta de alimentos, reduciendo la cantidad consumida y afectando el disfrute de las comidas, lo que repercute en la calidad de vida de quienes lo padecen.

Los labios secos y agrietados son un problema común que puede deberse a distintas causas. Entre las más habituales se incluyen el estrés, los cambios de temperatura o ciertas enfermedades. La piel de los labios, más fina que la del resto del rostro, es especialmente vulnerable a las condiciones climáticas. Durante el invierno, el frío reduce los lubricantes naturales de los labios, provocando deshidratación y pérdida de elasticidad, mientras que en verano las altas temperaturas pueden causar inflamación inicial, seguida de descamación, fisuras e incluso pequeñas heridas.

Por otra parte, enfermedades y medicamentos también están vinculados a este problema. Fármacos xerostomizantes, como analgésicos, antidepresivos, antihistamínicos o ansiolíticos, entre otros, disminuyen la segregación de saliva, lo que contribuye a la sequedad bucal y labial. De igual forma, tratamientos como la quimioterapia o radioterapia, así como enfermedades como el síndrome de Sjögren, VIH/SIDA y diabetes, pueden agravar esta condición, generando labios partidos y fisuras en las comisuras conocidas como boqueras.

Por último, el estrés emocional también juega un papel importante. En situaciones de alta tensión, las hormonas y neurotransmisores del cuerpo aumentan la pérdida de agua, lo que afecta tanto a la piel como a las mucosas, incrementando la propensión a la resequedad de los labios.

La sequedad de los labios no es una afección grave, pero sí un problema común que puede aliviarse con cuidados básicos y remedios eficaces. De este modo, la hidratación es fundamental. Beber suficiente agua durante el día ayuda a mantener los labios humectados desde el interior. Por otra parte, aplicar bálsamos labiales enriquecidos con ingredientes como manteca de karité, cera de abejas o aceites naturales, como el de coco o almendra, proporciona una barrera protectora contra la pérdida de humedad.

Además, en climas fríos o ventosos, es aconsejable proteger los labios con bufandas o mascarillas, evitando la exposición directa al ambiente. Por otra parte,, no se deben humedecer con saliva, ya que esto agrava la sequedad al evaporarse rápidamente. Para eliminar las células muertas, se pueden realizar exfoliaciones suaves con azúcar y miel, seguido de la aplicación de un bálsamo hidratante.

Durante la noche, usar ungüentos más densos, como vaselina, ayuda a reparar los labios mientras se duerme. También es importante evitar productos irritantes, como labiales de larga duración o fórmulas con fragancias y alcohol. Finalmente, llevar una dieta rica en vitaminas A, C y E contribuye a la salud general de la piel, incluyendo la de los labios.