Lo que en su día sirvió para horas de juego y diversión, hoy puede ser un refuerzo de la calidad de vida en los pacientes con demencia. Las muñecas realistas pueden ofrecer un consuelo para estas personas y la ciencia ha sido capaz de demostrarlo. La clave podría estar en esos recuerdos del pasado en los que la persona ejerció como cuidador.
Así lo afirma la investigadora Nikki-Anne Wilson del Neuroscience Research Australia (NeuRA) en un artículo publicado en The Conversation. Para las personas que sufren demencia, los recuerdos del pasado lejano tienden a ser más “reales”. Pueden recordar mejor cómo cuidaban de sus hijos cuando eran bebés que qué es lo que comieron el día anterior. En los casos más avanzados de Alzheimer, por ejemplo, pueden sentir agitación al delirar por escuchar a un bebé llorar.
La muñecas pueden ser una solución tangible para la angustia de “haber perdido” a ese bebé, pues en cierta medida puede funcionar como terapia. Sin embargo, solo si el paciente con demencia cree que la muñeca es real hay que fingir que lo es, y no hacerle creer que es un bebé de verdad si no lo piensa. La evidencia al respecto que recoge la neuróloga Wilson muestra que estos juguetes pueden reducir la ansiedad y mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad.
Este tipo de terapia con muñecas, llamada terapia de representación infantil, se encuadra dentro del enfoque no farmacológico del tratamiento de la demencia, en el que también se encuentran el ejercicio físico, la terapia con animales o la psicomotricidad. Con estos juguetes, el paciente puede experimentar reminiscencias de su pasado, lo que le estimula para reconectar consigo mismo, su memoria y su personalidad. Más allá del estímulo cognitivo, también puede serlo sensorial, puesto que el paciente puede recibir sensaciones positivas al acariciar el muñeco. Así, la estimulación sensorial puede mejorar el bienestar emocional, así como facilitar la comunicación.
No obstante, no todas las personas pueden responder a esta terapia de representación infantil. Esto ocurre especialmente si no han cuidado previamente a ningún niño o si han sufrido algún trauma en el pasado con la pérdida de algún hijo. Por ello, el muñeco terapéutico debe introducirse según cada persona, teniendo en cuenta sus experiencias de vida.
Posibles desventajas del muñeco terapéutico
La terapia de representación infantil a través de las muñecas no ha estado ausente de controversias en el sector de la medicina. Algunos profesionales critican que este enfoque terapéutico no farmacológico infantiliza a los pacientes de demencia y, por ende, agrava el estigma negativa que ya de por sí cargan. Además, si el paciente desarrolla un apego demasiado fuerte, puede irritarse si otra persona coge el muñeco. Incluso puede ocasionar ciertas dificultades con los nietos.
Los profesionales de la salud deben tener en cuenta todas estas cuestiones antes de introducir la terapia de representación infantil con muñecas, pues este tratamiento puede requerir más tiempo y capacitación de un personal capacitado. No obstante, los neurólogos sí han podido demostrar que este tipo de intervenciones no farmacológicas son efectivas a la hora de mejorar la calidad de vida de los pacientes.