Las células cancerígenas se multiplican más rápidamente que las normales, aunque el efecto de la radioterapia es mayor en ellas, lo que impide que sigan dividiéndose. A diferencia de la quimioterapia, este tratamiento contra el cáncer hace uso de la radiación (rayos X o rayos gamma) para atacar el ADN de las células y actúa de manera local. No obstante, la radioterapia también conlleva una serie de efectos secundarios.
De acuerdo con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), los efectos adversos de la radioterapia varían en función de la zona a tratar y la dosis administrada. Por ello, existen una serie de afecciones generales y otros más específicos en función del tumor.
Efectos secundarios generales
Uno de los efectos secundarios más comunes es la fatiga o cansancio, conocida como astenia. Este cansancio puede ser consecuencia del propio tratamiento, de tratamientos complementarios o de los propios desplazamientos diarios al hospital. Aunque algunas personas logran seguir con sus actividades habituales, se recomienda descansar tras cada sesión. Este cansancio es temporal y suele desaparecer varias semanas después de finalizar la radioterapia.
La piel en la zona irradiada suele experimentar enrojecimiento y sensibilidad, en un proceso conocido como epitelitis o radiodermitis. Aproximadamente entre la segunda y tercera semana de tratamiento, la piel desarrolla un tono rojizo que eventualmente puede oscurecerse. En la mayoría de los casos, estos cambios desaparecen en uno o dos meses tras completar la radioterapia. En personas con piel sensible o en áreas como pliegues, puede haber reacciones más severas, que en algunos casos necesitan tratamiento médico especializado.
Radioterapia en cabeza y cuello
La radiación puede dañar los folículos pilosos y provocar la pérdida del cabello en el área irradiada. En dosis bajas, el pelo puede volver a crecer, aunque más débil; en dosis altas, la pérdida suele ser permanente.
Si la radiación tiene lugar en la boca, también puede provocar diversas molestias:
- Mucositis: enrojecimiento y aparición de pequeñas heridas en la mucosa de la boca, lo que puede resultar doloroso.
- Infección por hongos: las alteraciones de la mucosa pueden facilitar infecciones fúngicas, tratadas con medicamentos específicos.
- Alteraciones en las glándulas salivares: la radiación puede reducir la producción de saliva, causando sequedad (xerostomía), que a veces persiste después del tratamiento.
- Pérdida del gusto: es común experimentar una disminución o alteración del gusto, que generalmente se recupera tras la radioterapia.
- Problemas dentales: la radioterapia puede aumentar el riesgo de caries debido a la reducción de saliva y a efectos sobre el hueso.
Radioterapia en el tórax
La radiación en el esófago puede causar inflamación de la mucosa (esofagitis), generando dolor y dificultad para tragar alimentos sólidos. Estos síntomas suelen mejorar con tratamiento médico y desaparecen tras el tratamiento. También puede provocar tos seca y dificultad respiratoria. En caso de que estos síntomas persistan o se agraven, es importante informar al médico.
Radioterapia en abdomen y pelvis
Uno de los efectos secundarios más comunes de la radioterapia en el abdomen y la pelvis es la diarrea, por el efecto de la radiación en el intestino. La severidad varía según la cantidad de intestino irradiado y la sensibilidad individual. Generalmente, la diarrea desaparece al finalizar el tratamiento y, en algunos casos, puede ser necesario utilizar antidiarreicos recetados. Estos síntomas son comunes cuando la radiación afecta el estómago y pueden controlarse con medicamentos antieméticos.
La AECC expone que la combinación de náuseas, vómitos y diarreas puede también disminuir el apetito, afectando la ingesta de alimentos y ocasionando pérdida de peso. Cuando la radiación afecta la pelvis, es común que se presenten síntomas similares a una infección urinaria, como ardor al orinar y necesidad frecuente de orinar. Para aliviar estos síntomas, se recomienda una ingesta abundante de líquidos y evitar sustancias irritantes como el café y el alcohol.