El omeprazol es uno de los medicamentos más vendidos en España. Según las últimas cifras disponibles que ha publicado el Ministerio de Sanidad, en 2020 se colocaron en el mercado casi 50 millones de unidades. Sin embargo, la gran mayoría de las personas lo utiliza de manera incorrecta, y los médicos y las investigaciones científicas ya alertan sobre los riesgos. El omeprazol sirve para reducir la producción de ácido del estómago, pero no forma una capa protectora. En definitiva: no es un protector de estómago.
Esto quiere decir que se puede utilizar cuando se tienen ardores de estómago, precisamente para reducir la acidez, pero no antes de tener esos síntomas, como hace mucha gente cuando sabe que va a comer (o a beber) mucho.
El omeprazol, al igual que otros inhibidores de la bomba de protones (IBP), debe usarse exclusivamente para ciertas enfermedades en las que el control del ácido gástrico es esencial. Por ello, uno de los errores más frecuentes es consumirlo antes de eventos sociales o comidas abundantes para “preparar” el estómago, cuando en realidad este medicamento no actúa de manera inmediata. A diferencia de otros productos, como los antiácidos, el omeprazol no reduce el malestar en el momento; su función principal es disminuir la producción de ácido gástrico a largo plazo. Por este motivo, utilizarlo como un recurso preventivo ocasional ante comidas pesadas no solo es ineficaz, sino también innecesario.
Para que el omeprazol sea eficaz y seguro, es fundamental tomarlo correctamente y seguir algunas recomendaciones específicas. Este medicamento actúa reduciendo la producción de ácido en el estómago, por lo que su administración debe ajustarse a pautas precisas para evitar efectos secundarios y maximizar su efectividad.
La dosis habitual de omeprazol es de una cápsula diaria, que suele tomarse por la mañana, alrededor de 30 minutos antes del desayuno. Es importante ingerir la cápsula entera, sin masticar ni triturar su contenido, para asegurar que el medicamento se libere de manera adecuada en el intestino.
El omeprazol de venta libre, indicado para tratar síntomas leves de acidez o reflujo, debe tomarse solo por un período limitado de 14 días. En caso de que los síntomas persistan o reaparezcan con frecuencia, es importante acudir al médico en lugar de prolongar el tratamiento por cuenta propia, ya que esto puede llevar a efectos adversos o enmascarar una afección subyacente.
Alternativas al omeprazol
Para aliviar molestias estomacales pasajeras, como el ardor o la indigestión tras una comida copiosa, existen otras opciones más seguras y adecuadas.
En lugar de recurrir al omeprazol, los antiácidos pueden ser una alternativa rápida y efectiva para aliviar síntomas leves de acidez o hinchazón. Los antiácidos actúan neutralizando el ácido en el estómago, lo que proporciona un alivio inmediato. Sin embargo, también deben usarse con moderación, ya que, aunque se consideran seguros para uso ocasional, pueden causar desequilibrios en los electrolitos y otros efectos secundarios si se consumen en exceso.
Además del bicarbonato de sodio, que es un antiácido común, existen otros productos que ayudan a aliviar los síntomas de pesadez o acidez después de una comida. Estos incluyen compuestos a base de calcio e hidróxido de magnesio, que actúan rápidamente y están disponibles sin receta. Aunque pueden ser útiles en episodios aislados, no deben utilizarse como solución a largo plazo para problemas digestivos crónicos.