En muchas ocasiones, sin darnos cuenta, nos descubrimos hablando solas. Ya sea en casa o caminando por la calle, a veces necesitamos esa conversación con nosotras mismas. Sin embargo, creemos que si nos escuchan otros, pueden llegar a pensar que estamos locas. No obstante, los investigadores aseguran que este es un comportamiento común y normal a cualquier edad. No es ni una cosa de “niños” ni algo relacionado con problemas de salud mental. Puede ayudarnos a encontrar objetos perdidos y a comprender instrucciones, entre otras ventajas.
Los expertos llevan estudiando la autoconversación mucho tiempo. Ya en la década de 1880, los científicos se interesaron especialmente por lo que las personas se dicen a sí mismas, por qué se hablan y cuáles son sus propósitos. La investigación define esta práctica como “la expresión verbal de una posición o creencia interna”, es decir, que expresa sentimientos internos, pensamientos no verbales e intuiciones sobre una situación a través del habla, tal y como recoge la revista Medical News Today.
Una forma de desarrollar el lenguaje
Es frecuente que los más pequeños hablen solos y también suele ser habitual que se les inste a dejar de hacerlo. Sin embargo, estamos cometiendo un grave error, ya que, es una forma que poseen de desarrollar el lenguaje, mantenerse estimulados durante una tarea o mejorar el rendimiento al completar tareas. Este hábito puede continuar en la edad adulta y, por lo general, no implica ningún problema.
¿Es saludable hablar solo?
Hablar solo puede tener varios beneficios y no entraña riesgos significativos para la salud, a no ser que la persona en cuestión también tenga otros síntomas de una enfermedad mental, como alucinaciones. Mientras realizamos una tarea con una serie de instrucciones, mantener una conversación con nosotros mismos puede mejorar el control sobre la labor y la capacidad para resolver problemas, ayudando también a la concentración y el rendimiento.
Un estudio de 2012 analizó cómo afecta el habla propia a las tareas de búsqueda visual. Los resultados sugirieron que conversar con uno mismo mientras se busca un objeto concreto, como una prenda de ropa o unas llaves, puede ayudar a una persona a encontrarlos antes. Asimismo, la investigación revela que llevar a cabo este hábito durante la práctica deportiva también puede ser beneficioso. Eso sí, dependiendo de cómo hable la persona y de lo que diga.
Tipos de autoconversación
Existen tres tipos de autoconversación, dependiendo del tono de voz:
- Positiva: fomenta y refuerza las creencias positivas sobre una persona. Puede reducir la ansiedad y mejorar la concentración y la atención.
- Negativa: suele implicar un diálogo crítico y desalentador.
- Neutra: no es significativamente positiva ni negativa. Las personas pueden utilizarlo para darse instrucciones.
Razones para hablar solo
Hay varias razones por las que comenzamos a hablar solos:
- Regular las emociones: la autoconversación puede ayudar a regular y a procesar las emociones. Por ejemplo, si alguien está nervioso o enfadado, esto puede servir como herramienta para controlar los sentimientos.
- Reducir la ansiedad: un estudio de 2014 reveló que los pacientes con ansiedad, incluida la social, podrían beneficiarse de la autoconversación. Los investigadores descubrieron que aquellos que se referían a sí mismos en tercera persona podían distanciarse de sus sentimientos angustiosos y procesar, regular y analizar estas emociones para disminuir la ansiedad.