Con más de 90.000 nuevos casos cada año en España, el ictus es la segunda causa de muerte más común en todo el mundo. A pesar de que esta grave enfermedad cerebrovascular provoca en nuestro país más de 23.000 fallecimientos anuales, la Sociedad Española de Neurología (SEN) estima que solo el 50% de la población sabe reconocer los síntomas de un accidente cerebrovascular. La comparación entre las cifras que se manejaban hace 30 años y ahora muestran una preocupante tendencia al alza de los casos de ictus (un aumento del 70%), muertes (44% más) y discapacidad (más de un 32%). Más de un tercio de las personas que sobreviven a un ictus se encuentran en una situación de dependencia, debido a la discapacidad a largo plazo que les ha provocado las secuelas de esta enfermedad. Esto la convierte en la primera causa de discapacidad en España.
“Existen dos tipos principales de ictus: el ictus isquémico, al que corresponden casi el 80% de los casos de ictus que se dan en España, y que se produce cuando un trombo impide u obstaculiza la llegada de sangre al cerebro; y el ictus hemorrágico, que supondría casi el 20% de los casos restantes, y que se genera cuando es la rotura de alguno de los vasos sanguíneos del cerebro la que compromete la circulación sanguínea”, explica la doctora María del Mar Freijo, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología. “En todo caso, e independientemente del tipo de ictus, la rapidez con la que se haya recibido atención médica ante la aparición de los primeros síntomas, influirá enormemente en el pronóstico de los pacientes. Teniendo en cuenta que, por cada minuto que pasa sin que llegue la sangre al cerebro se mueren casi 2 millones de neuronas, se explica por qué la frase ‘el tiempo es cerebro’ va siempre asociada a esta enfermedad. Si se sospecha que una persona está sufriendo un ictus se debe llamar inmediatamente a los servicios de urgencia porque es una emergencia médica”.
Cómo reconocer un ictus
Actuar a tiempo frente a los síntomas iniciales de un ictus puede ser decisivo para el desenlace de la enfermedad y sus posteriores secuelas. Por ello, es crucial saber reconocerlos y llamar al 112 si se cree que se están sufriendo, incluso aunque desaparezcan a los pocos minutos. La Clínica Universidad de Navarra agrupa las señales de alerta de un accidente cerebrovascular:
- Pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo: uno de los síntomas más característicos de un ictus es la pérdida repentina de fuerza o parálisis en un lado del cuerpo, afectando generalmente la cara, el brazo y la pierna del mismo lado, lo que se conoce como hemiparesia. Por ejemplo, la persona puede notar que no puede levantar el brazo, que la pierna se vuelve débil o que un lado de su rostro comienza a caer. Esta asimetría facial es fácilmente visible y puede confirmarse si la persona intenta sonreír y solo un lado del rostro responde. La pérdida de fuerza ocurre porque el ictus afecta una parte del cerebro que controla los músculos y movimientos de ese lado del cuerpo.
- Dificultad para hablar o comprender el lenguaje: las dificultades para hablar o comprender el lenguaje son también comunes durante un ictus. La persona afectada puede presentar problemas para articular palabras correctamente, hablar con claridad o expresar ideas. Este síntoma se denomina afasia y puede variar en intensidad. En algunos casos, la persona podría tener problemas para encontrar las palabras adecuadas o hablar con fluidez, mientras que en otros, puede no ser capaz de hablar en absoluto. También es posible que la persona tenga problemas para comprender lo que otros le dicen, lo que genera confusión y frustración. Este síntoma suele ser evidente para los que rodean al afectado y es una señal de alerta que requiere atención inmediata.
- Pérdida de sensibilidad y hormigueo: otra manifestación común de un ictus es la pérdida de sensibilidad o la presencia de hormigueo en un lado del cuerpo. Esto puede afectar la cara, el brazo y la pierna del mismo lado. La persona puede describir una sensación de entumecimiento o una sensación de que le están clavando alfileres y agujas. Esta pérdida de sensibilidad o alteración en las sensaciones también se produce debido al daño en las áreas cerebrales encargadas de la percepción táctil y de la sensación en el cuerpo. Este síntoma puede afectar la movilidad y la coordinación, haciéndole difícil a la persona realizar movimientos precisos o sostener objetos.
- Pérdida súbita de visión en un ojo: el ictus también puede provocar una pérdida repentina de visión en uno de los ojos. La persona puede experimentar ceguera parcial o total en un solo ojo o incluso en un campo visual específico, dificultando la percepción de su entorno. Este síntoma ocurre cuando el área del cerebro que controla la visión se ve afectada por el accidente cerebrovascular. Si una persona presenta una pérdida súbita de visión o ve doble sin motivo aparente, debe buscar ayuda médica de inmediato.
- Dolor de cabeza muy intenso y distinto del habitual: en el caso de los ictus hemorrágicos, uno de los síntomas puede ser un dolor de cabeza extremadamente intenso y repentino, que muchas veces se describe como el peor dolor de cabeza que la persona ha experimentado. Este dolor se diferencia de los dolores de cabeza comunes, ya que aparece súbitamente y con una intensidad inusual. Este síntoma debe tomarse en serio, especialmente si se presenta junto con otros síntomas de ictus, como los mencionados anteriormente.