El cáncer de útero es una enfermedad que puede originarse en diversas partes de la matriz, siendo el más común el de endometrio, la membrana que recubre el útero. Según los datos de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER, por sus siglas en inglés), del National Cancer Institute (NCI), aproximadamente 67.880 mujeres fueron diagnosticadas en 2024 como nuevos casos de este cáncer, que tiene una tasa de supervivencia relativa a 5 años del 80,8 %.
Algunos de los síntomas de este tipo de cáncer son las dificultades para orinar, el dolor pélvico, hemorragias o secreción vaginal anormal y el dolor durante las relaciones sexuales. El tratamiento más común de esta enfermedad es la histerectomía, que es la cirugía para extirpar el útero, una vez se ha diagnosticado con un examen pélvico, pruebas de imagen o una biopsia. Este procedimiento, que se puede conjugar con otros tratamientos, es muy efectivo, pero tiene consecuencias irreversibles para las mujeres, como la incapacidad de quedarse embarazadas.
Pese a que es un tratamiento necesario y eficaz para salvar la vida de las pacientes que padecen esta enfermedad, si el diagnóstico es erróneo, puede provocar la frustración de las mujeres sometidas a la operación, que pierden su útero por un fallo. Esto es lo que ha ocurrido en Suecia, en el hospital Universitario de Uppsala: a treinta y tres mujeres se les realizó una histerectomía entre 2023 y 2024 tras un diagnóstico erróneo en la fase preliminar de cáncer de útero.
“Lamentamos profundamente lo sucedido. La extirpación del útero es una operación importante, con consecuencias importantes e irreversibles”, ha lamentado Johan Lugnegård, médico jefe del centro, en un comunicado de prensa en el que ha pedido disculpas a las mujeres afectadas.
Compensaciones económicas para las 33 afectadas
Estas treinta y tres mujeres de entre 38 y 85 años fueron informadas, tras las pruebas de detección de esta enfermedad, de que contaban con cambios celulares que eran precursores del cáncer de útero, por lo que era recomendable realizar una intervención quirúrgica. Sin embargo, tras la operación por la que se les extirpó la matriz, resultó que la evaluación era incorrecta, por lo que la cirugía había sido innecesaria y resultaba irrevocable.
Tras observar un aumento inexplicable en el número de diagnósticos de cáncer de útero, el hospital decidió por iniciativa propia comenzar una investigación para comprobar si estaba aumentando el número de casos de esta enfermedad o se estaba produciendo algún tipo de error que fuese necesario solventar. Tommie Olofsson, jefe del laboratorio universitario del Hospital de Uppsala, confirmó que las evaluaciones habían sido demasiado estrictas, lo que había conducido a un “sobrediagnóstico sistemático”. Al ser un tratamiento con consecuencias definitivas, es importante que los resultados sean claros antes de realizar la intervención, ya que, aunque es positivo prevenir en casos que finalmente resulten confirmados, la pérdida del útero innecesaria es un problema que puede afectar gravemente a la salud mental de la afectada.
Tras haber confirmado el error y haberse disculpado por ello, el hospital sueco se ha comprometido a revisar el historial de casos similares, así como compensar económicamente a las mujeres afectadas.