Si preguntáramos cuál es el órgano de nuestro cuerpo que usamos para ver, la respuesta que muchas personas darían automáticamente seguramente sea los ojos. Sin embargo, no vemos con los ojos, sino con el cerebro. Los globos oculares simplemente son codificadores de una imagen, pues quien verdaderamente procesa e interpreta la información es nuestro cerebro. Y si los ojos son meros mensajeros, ¿podríamos seguir viendo si los sustituyéramos por otro mecanismo capaz de realizar la misma función que ellos?
La información codificada por el ojo se convierte en señales eléctricas para el sistema nervioso central. Es decir, los estímulos visuales llegan al cerebro a través de la retina para que este le atribuya factores como colores o formas. Lo que desde 2019 está haciendo un equipo de científicos españoles es intentar realizar ese mismo proceso de una manera artificial, un proyecto pionero en el campo de la neurotecnología y realmente esperanzador para las personas ciegas. El objetivo final de este ambicioso proyecto es demostrar que esta tecnología puede llegar a ser útil y segura para los pacientes con ciertos trastornos neurológicos.
“Lo que hacemos es mandar información del exterior directamente a la parte del cerebro que procesa la visión. Eso lo hacemos implantando mil microelectrodos en la corteza visual primaria del cerebro, que está aproximadamente por encima de la nuca. Con eso lo que estamos consiguiendo es que personas completamente ciegas puedan hacer algunas tareas sencillas de orientación, de movilidad o incluso leer caracteres grandes en un ordenador”, explica para Infobae España el doctor Eduardo Fernández Jover, director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y del Grupo de Neuroingeniería Biomédica del CIBER-BBN.
El doctor Fernández Jover es uno de los expertos que ha participado en uno de los varios simposios celebrados durante la Semana Cajal organizada por la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) en homenaje al científico y Nobel español. Como líder de esta innovadora investigación neurotecnológica, reconoce a este medio sentirse “inmensamente agradecido por el apoyo y los voluntarios”. Todos los participantes del estudio son ciegos adquiridos, es decir, personas que perdieron la vista tras haber sufrido alguna lesión importante en el nervio óptico, que es el cable que comunica el ojo con el cerebro. Uno de ellos ni siquiera tiene globos oculares tras perderlos en un accidente.
El sistema al completo consiste en una especie de gafas especiales sobre las que se monta una pequeña cámara de vídeo. Esto les permite seguir la dirección hacia donde está mirando la persona, “porque aunque sean ciegos, la posición del globo ocular ya influye en la percepción”. La información visual que recoge la cámara se envía a un ordenador para procesarla y mandarla de manera inalámbrica hacia los electrodos.
En el caso del paciente que había perdido los ojos y usaba una prótesis cosmética, estas gafas también podían controlar hacia dónde miraba. “Lo que mueve los globos oculares es la musculatura. Le quitaron los ojos, pero sus músculos seguían ahí. Esos ojos de cerámica puede moverlos un poco, y eso es lo que monitorizamos”, explica el doctor Fernández Jover. El grado de eficacia de este innovador sistema es tan grande que esta persona también ha sido capaz de realizar esas tareas de orientación: “Ver que una persona es capaz de esquivar obstáculos sin ni siquiera tener globos oculares es realmente impresionante”.
Miles de personas ciegas podrían beneficiarse
Las gafas que están desarrollando los científicos de la UMH de Elche podrían ser útiles no solo para personas ciegas, sino también para muchas personas con degeneración avanzada de retina, glaucoma, afectación del nervio óptico... Esta tecnología y las diversas contribuciones del doctor Fernández Jover al ámbito de la visión artificial y su trabajo por mejorar la autonomía de las personas ciegas le han granjeado el Premio Bartimeus 2023.
En España, en torno a un millón y medio de personas padecen de baja visión y cerca de 70.000 presentan ceguera total, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad. La comunidad científica confía en que la neurotecnología podría ayudar a mejorar la calidad de vida de miles de personas en todo el mundo, pese a que aún se encuentra en sus principios. El doctor Fernández Jover prefiere llamar a la calma, pues aunque “estamos avanzando muy rápidamente, es importante no crear falsas expectativas”.
Neurotecnología para leer el cerebro
Probablemente, el conocimiento del cerebro y la forma de interaccionar con él sea el reto del siglo XXI, como en el siglo XX lo fue el conocimiento del genoma. Así lo cree el neurotecnólogo alicantino, que recuerda que “es necesario crear tecnologías más eficientes, seguras e inteligentes que permitan descifrar el lenguaje del cerebro y sean capaces de leer y modificar la actividad cerebral en tiempo real”.
Varios de los avances en neurotecnología ya son una realidad, puesto que actualmente existen dispositivos electrónicos que restituyen la audición, controlan el temblor en pacientes con la enfermedad de Parkinson o recuperan el habla en personas con daño cerebral. “El futuro es muy esperanzador, la investigación científica revolucionará muchos campos de la medicina”, concluye el doctor.