Reconstrucción mamaria después de mastectomía por cáncer: técnicas y requisitos

La mayoría de las mujeres mastectomizadas son candidatas para este tipo de intervención

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Reconstrucción mamaria después de mastectomía por cáncer: técnicas y requisitos (The Whasington Post)
Reconstrucción mamaria después de mastectomía por cáncer: técnicas y requisitos (The Whasington Post)

Según los últimos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2024 se prevé el diagnóstico de 36.395 nuevos casos de cáncer de mama, lo que lo convierte en el tipo de tumor más frecuente entre las mujeres.

Tras la confirmación del diagnóstico, las pacientes deberán iniciar un proceso de tratamiento. En la mayoría de los casos, habrá una colaboración entre distintas especialidades médicas. El especialista se encarga de evaluar y proponer las opciones terapéuticas más adecuadas para cada caso, facilitando a la paciente la información necesaria para que, junto con el médico, tome una decisión informada.

Así pues, las operaciones para el tratamiento del cáncer de mama suelen incluir dos enfoques principales: la mastectomía y la tumorectomía. La mastectomía implica la extirpación total de la mama afectada, mientras que la tumorectomía consiste en la eliminación del tumor y una pequeña porción de tejido circundante, preservando la mayor parte del seno. La elección del tipo de intervención depende de factores como el tamaño y la localización del tumor, la etapa de la enfermedad y las características biológicas del cáncer. Estas cirugías, en muchos casos, se acompañan de tratamientos complementarios como la radioterapia o la quimioterapia, para reducir el riesgo de recurrencia y mejorar las perspectivas de supervivencia.

Una mujer se palpa el pecho en una autoexploración mamaria (Freepik)
Una mujer se palpa el pecho en una autoexploración mamaria (Freepik)

Qué pacientes pueden realizarse una reconstrucción mamaria

Al pasar por un cáncer de este tipo, son muchas las mujeres que recurren a una reconstrucción de la mama, una intervención quirúrgica que permite recrear una mama de aspecto muy similar a la no operada. La mayoría de las mujeres mastectomizadas son candidatas para la reconstrucción mamaria desde el punto de vista médico. De hecho, en algunas ocasiones se puede realizar al mismo tiempo que la masectomia.

Esta técnica, denominada reconstrucción inmediata, permite que la paciente despierte de la intervención con el mismo contorno mamario que con el que entró. Sin embargo, en algunos casos la reconstrucción debe posponerse debido a unas necesidades técnicas más complejas.

Las operaciones para la reconstrucción mamaria se dividen principalmente en dos tipos: técnicas de expansión cutánea y técnicas que emplean tejidos propios. La primera, que es la más común, consiste en expandir la piel mediante un expansor hinchable que, una vez retirado, se reemplaza por una prótesis definitiva de silicona o suero salino. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general y suele requerir una estancia hospitalaria de 24 a 72 horas. Por otro lado, las técnicas de colgajo utilizan tejidos de otras partes del cuerpo, como el abdomen o la espalda, para crear una mama de aspecto natural. Estas intervenciones, que implican la movilización o el trasplante de tejidos, son más complejas y requieren un cirujano especializado en microcirugía. Aunque dejan más cicatrices y el tiempo de recuperación es mayor, suelen ofrecer un resultado estético superior y evitan complicaciones asociadas a los implantes.

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Qué implicaciones tiene una reconstrucción mamaria

Prácticamente todas las mujeres mastectomizadas pueden someterse a una reconstrucción mamaria, aunque es importante tener en cuenta los riesgos asociados a cualquier cirugía, como hematomas, cicatrices anormales o complicaciones anestésicas, aunque sean poco frecuentes. Las mujeres fumadoras deben ser conscientes de que el tabaco puede dificultar la cicatrización y prolongar la recuperación.

En los casos en los que se utilizan implantes, existe un riesgo mínimo de infección, especialmente en las primeras semanas tras la intervención, lo que en ocasiones requiere la retirada temporal del implante. La complicación más común es la contractura capsular, una reacción del cuerpo que genera una cápsula cicatricial interna alrededor del implante, endureciendo el tejido reconstruido. Este problema se puede tratar con masajes o, en casos más graves, con cirugía. Los especialistas subrayan que la reconstrucción mamaria no influye en la recurrencia de la enfermedad ni interfiere con tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia.

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