Son la guarnición preferida para los amantes del salado. Las patatas fritas son el mejor acompañante para hamburguesas u otros platos como filetes o chuletas. Además, muy pocos rechazan un buen plato de patatas fritas en solitario.
Ahora, a veces no todo vale. Al menos no para llegar al punto perfecto de su preparación. Al freír patatas, uno de los aspectos más valorados es que queden blandas por dentro y crujientes por fuera. Sin embargo, a veces es difícil lograr este resultado, especialmente cuando no se quiere gastar demasiado aceite.
No hay que olvidar que el uso excesivo del aceite puede tener varios inconvenientes. Por un lado, incrementa la absorción de grasa, lo que altera la textura, haciéndolas más pesadas y menos crujientes, además de aumentar su contenido calórico. Asimismo, un exceso de aceite dificulta el control de la temperatura, lo que puede ocasionar una fritura desigual. También se acelera la degradación del aceite, lo que afecta tanto el sabor como la calidad del producto.
Cómo conseguir que las patatas fritas queden crujientes
Si lo que quieres es preparar unas patatas fritas con un resultado crujiente, el vinagre será tu principal aliado. Y es que cocinarlas en un líquido ácido garantiza un buen resultado. No obstante, para ello es importante seguir una serie de pasos. Y es con esta fórmula las patatas deben pasar por una doble cocción.
Entre tanto, lo primero es tener las patatas preparadas. Para lo que habrá que pelarlas y cortarlas en tiras gruesas. Una vez listas, deberán permanecer en remojo durante nueve minutos. Deben permanecer en remojo durante nueve minutos. La mezcla para el remojo consiste en un litro de agua, una cucharada de sal y una de vinagre.
Pasado estos primeros minutos, es momento de sacar las patatas del agua, secarlas bien con papel de cocina y después introducirlas en una sartén con aceite para hacer una primera cocción, que alcanzará los 140 grados centígrados. El tiempo que las patatas permanecerán en este aceite será de dos minutos. Después se retirarán de la sartén y se las dejará en un plato con un papel de cocina para que este absorba el aceite sobrante.
Seguidamente, se realiza una segunda cocción durante unos 8 minutos, tras la cual se escurren y se les añade sal. En esta segunda cocción se alcanzarán los 180 grados centígrados. Este proceso también puede llevarse a cabo en una freidora de aire.
Cómo afectan las patatas fritas a la salud
A nivel general, un puñado de patatas fritas no va a marcar un antes y un después en la salud. Sin embargo, un consumo habitual sí puede llegar a ser la causa de algunos problemas. El consumo frecuente de patatas fritas puede tener diversos efectos negativos para la salud, principalmente debido a su alto contenido en grasas y calorías.
Al estar fritas en aceite, las patatas absorben una cantidad considerable de grasa, lo que puede contribuir al aumento de peso y, a largo plazo, incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, la fritura a altas temperaturas puede generar compuestos como la acrilamida, que se ha relacionado con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. El consumo excesivo de este alimento también puede elevar los niveles de colesterol y favorecer la aparición de problemas digestivos.