Los scones son unos panecillos individuales de forma redonda típicos de la cocina de Reino Unido y originarios de Escocia que no pueden faltar a la hora del té. Según el diccionario Webster, el origen de estos dulces se remonta a 1500. Aunque no fue hasta el verano de 1840 cuando Anne Marie Stanhope, duquesa de Bedford, comenzó a servir a sus amigos un té con scones en el castillo de Belvoir a las cinco de la tarde. Desde ese momento, se convirtieron en un clásico de la pastelería inglesa que conquistó el mundo.
Los scones tradicionales son pequeños tentempiés bastante sencillos que se suelen acompañar con mermelada y nata, lo que los convierte en una auténtica delicia. Aunque puedan ser confundidos con galletas, no lo son. A pesar de que compartan los ingredientes básicos: harina, levadura, un poco de sal, leche y quizá un poco de azúcar. La elaboración también es similar: mezclar la grasa con los ingredientes secos, añadir el líquido, amasar y hornear.
Gran versatilidad
Estos deliciosos panecillos suaves y esponjosos tiene su origen en las tradiciones británicas, aunque han conseguido expandirse a muchas partes del mundo. Su versatilidad los hace ideales tanto en preparaciones dulces como saladas, pudiendo añadir frutos secos, mermelada, mantequilla o incluso queso. La clave de un buen scone radica en su textura, que debe ser ligera y tierna por dentro, con una superficie ligeramente crujiente y dorada.
Históricamente, se preparaban a fuego lento en sartenes, pero con el tiempo, la cocción al horno se volvió la norma. Su versión clásica es la más sencilla, aunque también hay elaboraciones que incluyen ingredientes como pasas, trozos de chocolate o frutos secos.
Receta de scones
Preparar scones en casa es sencillo y sólo hacen falta unos pocos ingredientes básicos. La clave está en trabajar la masa rápidamente para que la mantequilla no se derrita demasiado y mantener un buen equilibrio entre ingredientes secos y líquidos. El resultado serán unos panecillos dorados por fuera y suaves por dentro, perfectos para acompañar con mermeladas o mantequilla.
Tiempo de elaboración: 30 minutos.
Ingredientes:
- 250 gramos de harina de trigo
- 1 cucharada de polvo de hornear
- 50 gramos de azúcar
- 1 pizca de sal
- 60 gramos de mantequilla fría cortada en cubos pequeños
- 125 mililitros de leche
- 1 huevo
- Opcional: 50 gramos de pasas o pepitas de chocolate
Elaboración:
- Precalienta el horno a 200 °C y prepara una bandeja de horno con papel vegetal.
- En un bol grande, tamiza la harina, el polvo de hornear, el azúcar y la sal.
- Añade los cubos de mantequilla fría y, usando las puntas de los dedos, desmenúzala en la mezcla de harina hasta que quede con una textura de migas finas.
- En otro recipiente, bate el huevo junto con la leche.
- Agrega la mezcla de huevo y leche a los ingredientes secos y mezcla suavemente hasta que se forme una masa. Si vas a utilizar las pasas o no pepitas de chocolate es el momento de incorporarlos.
- Sobre una superficie enharinada, extiende la masa hasta que tenga un grosor de aproximadamente 2 cm. Corta los scones con un cortador redondo o un vaso.
- Coloca scones en la bandeja preparada, dejando un pequeño espacio entre cada uno. Pincélalos con un poco de leche para darles un acabado dorado.
- Hornea durante 10 minutos o hasta que estén ligeramente dorados por encima.
- Sírvelos calientes con mantequilla, mermelada o el acompañamiento que prefieras.