Con más de 2,5 millones de personas afectadas al año en todo el mundo, la meningitis es la principal causa de infección grave en los niños y los adolescentes de Europa y la responsable de 300.000 fallecimientos anualmente. Esta enfermedad tiene el potencial de dejar con graves secuelas a los afectados y es todavía hoy un desafío para la salud pública. Por ello, cada 5 de octubre se conmemora el Día Mundial contra la Meningitis para concienciar sobre ella.
La meningitis es la infección e inflamación de las meninges, que son las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Son varios los agentes que pueden causarla, pero principalmente son bacterias, hongos, virus y parásitos. “Es una enfermedad que puede ser devastadora, ya que si se desarrolla de forma grave presenta hasta un 10% de mortalidad y hasta un 30% de secuelas graves, por tanto sigue siendo un gran desafío para la salud pública”, explica la doctora Marta Guillán Rodríguez, Secretaria del Grupo de Estudio de Neurología Critica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
La más peligrosa es la meningitis de origen bacteriano, pues “son proclives a provocar septicemia si alcanzan el torrente circulatorio y afectar a todo el organismo”. Según la Clínica Mayo, la septicemia es una afección grave en la que el cuerpo responde de manera incorrecta a una infección, haciendo que los órganos no funcionen correctamente.
Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se declaran unos 1.000 casos de meningitis en España, de los cuales, un 10% son muy graves. Cualquier persona puede contraer meningitis, aunque los grupos de mayor riesgo son los niños menores de 5 años, sobre todo cuando los niños no son vacunados, y los jóvenes de entre 15 y 24 años. De hecho, es la primera causa de muerte por infección en niños y adolescentes. La meningitis puede dejar secuelas muy graves, entre ellas, pérdida de audición, discapacidad visual y física, disfunciones cognitivas, amputaciones de miembros, a los que se unen las implicaciones emocionales, sociales y económicas para los pacientes y familiares.
Los síntomas de esta enfermedad pueden aparecer de forma brusca, siendo los más habituales la fiebre alta, el dolor de cabeza intenso, la rigidez en el cuello, náuseas, sensibilidad a la luz y confusión. Puesto que pueden progresar rápidamente, lo mejor es buscar ayuda médica urgentemente. “Y en los niños, otro de los signos que pueden ser indicativos de esta enfermedad son la aparición de petequias, es decir, de pequeñas manchas de color rojo o morado que normalmente aparecen primero en el torso y, en poco tiempo, se extienden por el resto del cuerpo. En ocasiones el inicio de una meningitis es similar a la de cualquier otra infección y en el caso de las meningitis víricas los síntomas suelen ser leves”.
Prevenir la meningitis mediante la vacunación
Tras la relajación de las medidas de protección contra el coronavirus, la incidencia de la meningitis aumentó un 10% en España y, este año, ha vuelto a aumentar un 13%. De ahí la encarecida recomendación de los profesionales de la salud de vacunar a los niños para prevenir ciertos tipos de la enfermedad. “Muchas de las muertes y de la discapacidad que genera la meningitis se puede prevenir cumpliendo el Calendario Común de Vacunaciones e Inmunizaciones a lo largo de toda la vida (Aprobado por la Comisión de Salud Pública del Consejo Interterritorial del SNS para 2024). La prevención es sin duda tarea de todos: profesionales, pacientes, administraciones y medios de comunicación”, concluye la doctora Guillán.