Gracias a un estudio dirigido por el neurocientífico Ryota Kanai se ha descubierto que existe una relación entre las actitudes políticas y la estructura cerebral de los adultos más jóvenes. Para demostrarlo, utilizaron imágenes de resonancias magnéticas y analizaron el volumen de materia gris en el cerebro de 90 voluntarios, quienes declararon sus inclinaciones políticas en una escala de cinco puntos, desde “muy liberal” hasta “muy conservador”.
El estudio demostró que un mayor volumen de materia gris en el córtex cingulado anterior, que desempeña un papel importante en varias funciones cognitivas y emocionales, estaba asociado con el liberalismo, más de izquierdas. Mientras que un mayor volumen en la amígdala derecha, que se encarga de regular emociones relacionadas con el miedo y la respuesta a situaciones amenazantes, se correlacionaba con el conservadurismo, más de derechas. A los 90 primeros voluntarios, se les añadieron posteriormente otros 28 nuevos participantes, para confirmar la fiabilidad de los resultados.
La investigación se basa en trabajos previos que habían identificado diferencias en la actividad cerebral entre liberales y conservadores. Por ejemplo, se había observado que los liberales mostraban una mayor amplitud en los potenciales relacionados con eventos en el córtex cingulado anterior, una región del cerebro asociada con el control y el análisis de la incertidumbre y los conflictos. Este nuevo estudio amplía esas observaciones al demostrar que dichas diferencias también se reflejan en la estructura anatómica el cerebro.
Los investigadores utilizaron análisis de morfometría basada en vóxeles, una técnica para estudiar imágenes cerebrales, para investigar la relación entre las actitudes políticas y el volumen de materia gris. Los resultados mostraron que, además del córtex cingulado anterior y la amígdala derecha, otras partes del cerebro como la ínsula izquierda, que se encarga de aspectos sensoriales, emocionales, cognitivos y sociales; y el córtex entorrial derecho, una parte del cerebro clave para la memoria, también presentaban correlaciones con el conservadurismo. Sin embargo, estas conclusiones no fueron tan robustas como las encontradas en las regiones anteriores.
Además, según el estudio, podría haber otras estructuras cerebrales que mostraran patrones de actividad neuronal que reflejen actitudes políticas. Por ejemplo, los conservadores responden a las situaciones amenazantes con más agresividad que los liberales. Por otro lado, los liberales, al tener el córtex cingulado anterior más grande, pueden tener una mayor capacidad para tolerar la incertidumbre y los conflictos, lo que les permite aceptar mejor diferentes puntos de vista.
No solo influye el cerebro, también el entorno
El estudio sugiere que las actitudes políticas podrían estar influenciadas por una combinación de factores genéticos y ambientales. Investigaciones anteriores ya habían señalado que una parte sustancial de la variabilidad en la ideología política podría atribuirse a influencias genéticas. Además, estas influencias genéticas interactúan con el entorno social, como se ha observado en estudios de gemelos y en la interacción entre variantes genéticas y factores ambientales y sociales.
A pesar de este descubrimiento, los autores del estudio adviertes que sus datos no determinan si las regiones cerebrales identificadas condicionan la formación de actitudes políticas. Sin embargo, los resultados convergen con investigaciones previas que podrían dar a entender que sí hay un posible vínculo entre la estructura cerebral y los mecanismos psicológicos que median en las actitudes políticas.
El estudio también exploró la posibilidad de predecir las actitudes políticas de un individuo basándose en su resonancia magnética estructural. Utilizando diferentes técnicas, los investigadores lograron distinguir entre individuos conservadores y liberales con alta precisión, basándose en los volúmenes de materia gris del córtex cingulado anterior y la amígdala derecha.