Qué significa que una persona piense que tiene una grave enfermedad al tener un síntoma no común en su día a día, según la psicología

El trastorno de ansiedad por enfermedad es una afección mental que puede condicionar gravemente la vida de muchas personas si estas no reciben atención psicológica

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Una mano sosteniendo un termómetro para medir la temperatura corporal (Scientific American)
Una mano sosteniendo un termómetro para medir la temperatura corporal (Scientific American)

Es muy probable que, alguna vez en nuestra vida, nos hayamos encontrado con alguna persona constantemente agobiada por si tiene alguna enfermedad. Una dolencia de la que, incluso, puede sentir los síntomas, pero que, en la realidad, no aparezca en ninguna prueba que los médicos le realicen. Esas personas, incluso cuando están sanas, pueden sufrir también un enorme miedo a enfermarse, a través de temores que, a ojos de los demás, pueden resultar completamente injustificados.

“Para las personas con trastorno de ansiedad por enfermedad, sus temores son muy reales”, explican desde el centro médico sin ánimo de lucro Cleveland Clinic. Esta entidad incluye en su biblioteca de enfermedades esta particular afección más conocida como hipocondría. Y es que, si bien este trastorno es muy conocido -hay incluso famosísimas obras de teatro que la incluyen, como El enfermo imaginario de Molière-, en muchas ocasiones no trasciende lo realmente complicada que puede ser la situación de quienes lo padecen.

Una frontera difícil de establecer

Lo primero que hay que decir al respecto es que la línea que separa a este trastorno de una preocupación ‘normalizada’ puede resultar algo compleja. Por ejemplo, según el libro Recomendaciones Terapéuticas en los Trastornos Mentales, realizado por el Comité de Consenso de Cataluña en Terapéutica de los Trastornos Mentales, contabilizó más de 9 millones de personas, solo en España, con trastorno hipocondríaco.

Al fin y al cabo, según este colectivo, más de la mitad de la población española busca sobre enfermedades en internet, y entre un 15 y un 20% lo hace de manera compulsiva. En cambio, la Cleveland Clinic sitúa el porcentaje de afectados por este trastorno como solo el 0,1% de las personas de Estados Unidos. “Todos nos preocupamos por nuestra salud de vez en cuando”, aclaran, “pero si la ansiedad por la salud afecta su capacidad para disfrutar de la vida, hay que hablar honestamente con el médico”.

En segundo lugar, como explica la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), “no debe descartarse la posibilidad de que una persona hipocondríaca esté realmente enferma”. Solo que, debido a su trastorno, tal vez presten más atención a algunos síntomas ficticios que a los reales. Del mismo modo, puede darse un caso inverso: que el hipocondríaco centre su atención emocional en una función biológica provocando “síntomas orgánicos reales”. “El enfermo expresa así el efecto nocebo, es decir, la aparición de un síntoma somático causado por un proceso psíquico”, explican desde la SEMI.

Síntomas y tratamientos de la enfermedad

La hipocondría puede encajar en diferentes categorías. Lo más común es asociarlo con alguien que busca constantemente la atención de un médico. No obstante, también existe un tipo opuesto, en el que se evita a toda costa esta atención. “Es posible que no confíe en los médicos o crea que no toman en serio sus síntomas”, señalan desde la Cleveland Clinic. “Esto puede generar más miedo y ansiedad”.

Sobre los diferentes criterios que se pueden utilizar para diagnosticar la enfermedad, se puede recurrir al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos de Salud Mental elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría (APA). Allí, los expertos destacan algunos síntomas apreciables como la frecuente preocupación por estar enfermo o enfermarse, de manera excesiva frente a la ausencia de síntomas o a la presencia de síntomas más leves.

La APA también subraya otras señales como la aparición de “un alto nivel de ansiedad” respecto al estado propio de salud, y a las reiteradas comprobaciones realizadas para evaluarlo. Así, la asociación estipula un tiempo aproximado de seis o más meses en los que la preocupación no ha cesado para poder diagnosticar este trastorno.

Una vez detectado el problema, pese a que se trata de una condición crónica, esta atraviesa períodos de mayor, menor o ninguna ansiedad y existen “medidas para mantener bajo control los síntomas”, explican desde la Cleveland Clinic. Desde SEMI también aseguran que “la enfermedad puede ser molesta. Sin embargo no limita las expectativas de vida”. “Podrían administrarle medicamentos para ayudarle a controlar la ansiedad y la depresión. Algunos tipos especiales de terapias también podrían ayudar a tratar la hipocondriasis”.

El doctor López Rosetta nos explica qué es el trastorno de ansiedad por enfermedad.
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