Tazas de té, latas vacías, frascos de colonia, papeles, periódicos, ropa sin estrenar o aparatos antiguos repartidos por la habitación. El Trastorno de Acumulación Compulsiva o Síndrome de Diógenes, tal y como explica Mayo Clinic, es una dificultad continua para tirar o deshacerse de pertenencias porque la persona cree que necesita guardarlas. El paciente puede llegar a sentirse angustiado ante la idea de deshacerse de los objetos, por ello los empieza a acumular progresivamente independientemente de su valor real. Al sobrestimar su importancia, la persona que padece esta enfermedad puede presentar una ira intensa en el caso de que un amigo o familiar intente tiras esos artículos preciados, como apunta el Grupo Doctor Oliveros.
Los pacientes con acumulación compulsiva tienden a ignorar o negar el impacto negativo que tienen sus conductas en ellos mismos y en las personas que les rodean. Es tal el montón de cosas que hacinan que su espacio vital se va reduciendo. Las mesas, los lavabos, los armarios, los escritorios y todas las demás superficies están repletas, llegando incluso a no poder cocinar o no poder tumbarse en la cama. Cuando la casa entera está repleta, el desorden se extiende al garaje o al coche.
Grados de acumulación compulsiva
Esta patología puede variar de leve a grave. En algunos casos, es posible que la acumulación compulsiva no afecta tanto a la vida de la persona que la padece, pero en otras puede influir gravemente a su rutina diaria. El enfermo tiene una incapacidad para categorizar los objetos, considera que todo es relevante y no puede decidir qué cosas son valiosas y se deben guardar y cuáles son superfluas y que tienen que tirar. Su temor insuperable es el de fallar, equivocarse y deshacerse de algo que podría ser relevante en un futuro, como detalla el Grupo Doctor Oliveros.
Esta cualidad está relacionada con el perfeccionismo y la necesidad de tener que tomar la mejor decisión, lo que acaba convirtiéndose en: no tomar ninguna decisión para no experimentar la angustia de confundirse. Algo que se traduce en una intolerancia a las emociones negativas y una autoexigencia muy marcada, que está muy asociado con una autoestima baja. Por ejemplo, la persona afectada, al considerar que tiene mala memoria, necesita tener todos los objetos a la vista, ya que, no encontrarlos en el momento en que tenga que utilizarlos.
Un significado emocional muy importante
En otros tantos casos, los afectados tienden a acumular artículos que tienen un significado emocional importante o que sirven como recuerdo de buenos momentos. La doctora Rashida Mustafa, psicóloga clínica y psicoanalítica, explica en declaraciones a la Revista AD, explica que se atesoran las cosas “tanto por razones positivas como negativas”. La positiva es que “nos gusta tener objetos reales que refuercen nuestra sensación de haber vivido la vida”, algo que sirve para “aferrarnos a los recuerdos”. Por otro lado, la razón negativa es que “somos insaciables” y no podemos renunciar a las cosas. “Nos arraigamos tanto en las cosas que atesoramos como a nuestro pasado”, apunta la experta.
Cómo afecta el trastorno de acumulación a familiares y amigos
El trastorno de acumulación compulsiva genera un fuerte apego a las pertenencias, incluidas aquellas que no tienen utilidad o valor. Las personas que lo padecen encuentran alivio en la compra y acumulación de objetos, pero experimentan angustia ante la posibilidad de deshacerse de ellos. Esta situación puede derivar en un entorno de vida desorganizado, insalubre y peligroso, afectando gravemente las relaciones cercanas, como las que mantienen con familiares y amigos, quienes muchas veces intentan ofrecer ayuda.
Lidiar con un ser querido que padece este trastorno puede ser emocionalmente abrumador. La frustración por no conseguir que el acumulador cambie su comportamiento, el malestar por sus condiciones de vida y el estrés por los conflictos que surgen en la relación son comunes, según especialistas. También es habitual la preocupación por las consecuencias económicas de sus compras compulsivas, los riesgos para la salud derivados de la falta de higiene y el peligro de incendios o accidentes debido al desorden en su hogar.