Estos son los rasgos que comparten las personas que tienen su móvil en silencio

Los teléfonos “drenan” nuestra capacidad cognitiva incluso cuando no están en uso, los usuarios piensan inconscientemente en ellos

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Fotografía de archivo en donde se ve a una persona que utiliza un teléfono móvil. EFE/Cristóbal Herrera-Ulashkevich

La mera presencia de un teléfono puede tener consecuencias significativas en nuestra capacidad para mantener la atención, según una investigación realizada por la Universidad de Chicago. El artículo, titulado Fuga de cerebros: la mera presencia del propio smartphone reduce la capacidad cognitiva disponible, se centra el fenómeno el que denominan “drenaje cerebral” y que ocurre incluso cuando los teléfonos no están en uso y los usuarios piensan inconscientemente en ellos.

Tras dos experimentos, los investigadores observaron que la presencia visible de un teléfono reducía los recursos cognitivos disponibles. De este modo, aunque no lo tengamos en la mano ni estemos mirando la pantalla, el teléfono puede desviar la atención hacia pensamientos o comportamientos relacionados con él, consumiendo recursos cognitivos que podrían ser utilizados para otras tareas. Frente a esta realidad, los autores sugieren adoptar estrategias para mitigar los costes cognitivos asociados a la presencia de los teléfonos móviles, como la desconexión intencional durante períodos definidos y protegidos, permitiendo a los usuarios aumentar su capacidad cognitiva disponible y mejorar su rendimiento en diversas tareas.

Rasgos de las personas que tienen su móvil en silencio

Teniendo en cuenta el “drenaje cerebral” que provocan estos dispositivos, algunos deciden mantenerlos siempre en modo silencioso. Según diversos estudios de psicología, esta práctica revela mucho más que una simple preferencia por evitar distracciones. Investigar la conexión entre el uso del silencio en los teléfonos y la autoconciencia ha mostrado que aquellos que optan por esta configuración tienden a tener una mayor autoconciencia. Entienden el impacto de las interrupciones constantes y toman medidas específicas para mantener el control sobre su entorno y su tiempo. Esto les permite tener un manejo más eficaz de sus tareas diarias y evitar el estrés generado por las continuas notificaciones.

Los individuos que mantienen sus teléfonos en silencio también son capaces de concentrarse mejor en el presente, una característica común en aquellos que practican la atención plena. Un estudio demostró que la simple presencia de un teléfono inteligente puede ser suficiente para distraer a las personas, lo que sugiere que mantener el teléfono en silencio contribuye a un mayor enfoque y consciencia en la vida diaria.

Además, estas personas experimentan niveles de estrés inferiores. Las notificaciones constantes pueden ser una fuente significativa de ansiedad, y silenciarlas permite manejar mejor los potenciales detonantes de estrés. Al desconectar sus teléfonos de esta manera, pueden decidir cuándo y cómo interactúan con el mundo digital, reduciendo la sensación de urgencia perpetua que acompaña a las notificaciones.

Aparte de reducir el estrés y aumentar la productividad, otro rasgo notable es que valoran las conexiones significativas con los demás. Al dejar de lado las interrupciones del teléfono, fomentan interacciones más profundas y significativas en sus relaciones personales, mostrando a sus seres queridos que su atención no está dividida.

La autoconciencia es también una característica que comparten estas personas. No solo comprenden el efecto del ruido constante y las distracciones en su bienestar, sino que también están dispuestos a establecer límites para mantener su salud mental y su eficiencia laboral.

Este tipo de enfoque no se trata simplemente de evitar la comunicación o de ignorar al mundo exterior; más bien, es sobre elegir cuándo y cómo participar en esa comunicación. Una administración adecuada del tiempo y el valor de las conexiones auténticas con los demás reflejan una profundidad mayor de estos individuos.

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