El alcohol es parte del ocio actual. Es habitual que tanto las alegrías como las penas se compartan con una copa en la mano. Así, la oferta del mercado actual permite hacer múltiples mezclas para que los consumidores encuentren su cóctel perfecto.
Ahora bien, el alcohol no es bueno para la salud. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 4% de los nuevos casos de cáncer a nivel mundial están relacionados con el consumo de alcohol. Y lo que es más, en función de con qué bebida se mezcle, una copa puede llegar a poner en verdadero riesgo el bienestar de una persona. Un ejemplo de ello es la combinación del alcohol con las bebidas energéticas, cada vez más populares entre los jóvenes. Un estudio reciente de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) ya alerta del peligro de esta práctica.
Estos son los riesgos de combinar el alcohol con las bebidas energéticas
Mezclar alcohol con bebidas energéticas conlleva importantes riesgos para la salud. El efecto estimulante de estas bebidas puede ocultar la sensación de embriaguez producida por el alcohol, lo que genera una falsa percepción de sobriedad y puede llevar a un mayor consumo, aumentando el riesgo de intoxicación, deshidratación y pérdida de control.
Además, la alta concentración de cafeína en las bebidas energéticas eleva la frecuencia cardíaca y la presión arterial. En combinación con el alcohol, esto puede derivar en problemas cardiovasculares, como arritmias y otros trastornos cardíacos. Además, incrementa el riesgo de accidentes, ya que la alerta percibida no corresponde con las habilidades motoras reales.
De igual forma, estudios recientes señalan que esta combinación puede tener efectos graves, especialmente en personas con condiciones de salud preexistentes. Por su parte, las autoridades sanitarias desaconsejan su consumo debido a las posibles consecuencias.
Los problemas de las bebidas energéticas
No sólo preocupa el consumo de las bebidas energéticas mezclado con alcohol, sino que también lo hace el consumo de ambas sustancias por separado. En el caso de las bebidas energéticas, son varias las falsas creencias que han contribuido a que se las considere un producto inofensivo, pero lo cierto es los expertos advierten que su consumo tiene graves riesgos y puede llegar a ser muy perjudicial para la salud, especialmente en personas jóvenes y con patologías previas,
En este contexto, son muchos los mitos que existen en torno a las bebidas energéticas que generan confusión sobre sus efectos y seguridad. Uno de los más comunes es la creencia de que proporcionan energía real, cuando en realidad su efecto estimulante proviene de la cafeína y el azúcar, que solo aumentan temporalmente la alerta. También se cree erróneamente que son seguras en pequeñas cantidades, pero incluso el consumo moderado puede causar efectos adversos, como ansiedad o problemas cardíacos, en personas con condiciones preexistentes.
Además, no son equivalentes al café, ya que contienen más cafeína, azúcar y otros ingredientes como taurina, que intensifican los efectos estimulantes. Aunque pueden aumentar la sensación de alerta, no mejoran el rendimiento físico o mental a largo plazo y pueden causar deshidratación. A pesar de su popularidad entre deportistas, su alto contenido de cafeína y azúcar puede afectar negativamente el rendimiento físico.