La automedicación excesiva de la migraña propicia que se vuelva crónica, advierten los expertos

Cada 12 de septiembre se conmemora el Día Internacional de Acción contra la Migraña, una enfermedad que sufren más de cinco millones de personas en España y que afecta mayoritariamente a las mujeres

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Una mujer sufre un ataque de migrañas (Shutterstock España)
Una mujer sufre un ataque de migrañas (Shutterstock España)

Más de cinco millones de personas en España sufren migraña, de entre los que millón y medio la viven de forma crónica (más de 15 días al mes), según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Si hacemos un zoom out, observamos que es la primera causa de discapacidad en mujeres jóvenes y la sexta enfermedad más prevalente del mundo, con más de 1.100 millones de afectados. A pesar de su prevalencia, se trata de una enfermedad muy incomprendida y reducida a un simple dolor de cabeza.

“La migraña es una cefalea primaria frecuente, severa e incapacitante que reduce significativamente la calidad de vida de los pacientes, aumenta el riesgo de padecer otras muchas enfermedades -como ictus, infarto de miocardio, ansiedad, depresión, insomnio...- y tiene un enorme impacto económico en la sociedad por el absentismo y la pérdida de productividad que genera”, señala el doctor Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.

Las cifras de pacientes ya son altas, aunque podrían serlo más. Los expertos de la SEN estiman que más del 40% de las personas que sufren migraña en nuestro país están sin diagnosticar y cerca del 25% no ha acudido nunca a consultar su enfermedad con un médico. Como consecuencia, la automedicación o el uso excesivo de los fármacos sin recetar está experimentando un incremento, lo que favorece la cronificación de la migraña.

“Aunque la migraña es una enfermedad que no tiene cura, con un correcto tratamiento y seguimiento de la enfermedad, la gran mayoría de los pacientes pueden lograr importantes mejorías en su calidad de vida”, destaca el doctor. “Pero lo más importante es que, con un correcto diagnóstico y tratamiento precoz de la enfermedad podremos evitar que la enfermedad se cronifique, algo de especial relevancia ya que la migraña crónica produce hasta seis veces más discapacidad que la migraña episódica y los pacientes con migraña crónica suelen tener una peor respuesta ante los distintos tratamientos”.  

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Tratamientos disponibles para la migraña

Los científicos han prosperado en los últimos años en el conocimiento de la fisiopatología de la migraña, lo que ha permitido el desarrollo de anticuerpos monoclonales frente al péptido regulador del gen de la calcitonina (CGRP) o su receptor. Estos medicamentos son, por lo general, bien tolerados y se administran por inyección subcutánea o intravenosa.

Además, se ha logrado mejorar los tratamientos orales gracias a los gepantes, que son fármacos que bloquean el receptor de CGRP. Entre los más conocidos para prevenir la enfermedad se encuentran atogepante y rimegepante, este último también eficaz para tratar las crisis de migraña. Lasmiditán es el más reciente.

“Gracias a estos avances, el abanico de tratamientos disponibles ha aumentado considerablemente. Dependiendo de la gravedad de los síntomas, la frecuencia de los ataques y de otros factores, el tratamiento de la migraña deberá ser individualizado y ajustado y/o modificado a lo largo de la evolución de la enfermedad, con el objetivo último de tratar de controlar los síntomas y reducir la discapacidad asociada. La migraña no tiene cura, pero sí se puede tratar y controlar, y el primer paso para mejorar la calidad de vida de cualquier persona con esta enfermedad es recurrir a los profesionales sanitarios. La migraña tiene un enorme impacto sobre la vida personal, familiar, social y laboral, y la llegada de estos nuevos tratamientos permite que muchas más personas puedan ser tratados de forma eficaz”, concluye el doctor Irimia.

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