Hacer un uso inadecuado de las lentes de contacto puedo traer graves consecuencias. “En algunos casos puede llevar a la pérdida irreversible de visión”, así lo contaba en una entrevista con Infobae España el oftalmólogo Jorge García-Borregón. Son muchas las personas que recurren al uso de lentillas para corregir problemas de visión, como la miopía (visión cercana borrosa), la hipermetropía (visión lejana borrosa), el astigmatismo (visión distorsionada) o la presbicia. Esta decisión no es mala en sí misma. De hecho, tanto las gafas como las lentillas son dos herramientas válidas si se utilizan de forma correcta.
Ahora, los errores en el uso de las lentes de contacto son muy habituales. Y las consecuencias pueden ser intratables. Entre las complicaciones más comunes se encuentran las infecciones oculares, como la queratitis, que pueden derivar en dolor, enrojecimiento, visión borrosa y, en casos extremos, pérdida de la visión. Además, el riesgo de sufrir úlceras oculares también es más elevado entre los usuarios de lentillas. El riesgo de sufrir este tipo de dolencias aumenta cuando no se siguen adecuadamente las pautas de limpieza y mantenimiento, como reutilizar la solución de limpieza, dormir con las lentillas puestas o no reemplazarlas dentro del plazo indicado.
Cómo usar adecuadamente el líquido de lentillas
Reutilizar el líquido de limpieza es una práctica extendida entre los usuarios, pero esto es algo muy poco recomendable. De este modo, cambiar el agua de las lentillas diariamente es crucial para prevenir infecciones oculares y mantener la salud de los ojos. El líquido para lentillas está diseñado para desinfectar las lentes de contacto, eliminando bacterias, proteínas y otros residuos que pueden acumularse durante el uso. Por ello, si no se cambia diariamente, las bacterias y otros microorganismos pueden acumularse en el líquido y, en consecuencia, infectar la lente y aumentar el riesgo de infecciones.
Además, el líquido debe ser compatible con el tipo de lente que se está utilizando. Del mismo modo, es fundamental no mezclar el líquido con el agua corriente. Esto se debe a que esta última puede contener microorganismos dañinos, como la Acanthamoeba, que causar infecciones graves en la córnea.
Cómo evitar los riesgos asociados a las lentes de contacto
Para prevenir infecciones y otros problemas, es necesario adoptar una serie de precauciones básicas. Lavarse las manos de manera adecuada es el primer paso. Según estudios, más de la mitad de los usuarios no lo hace correctamente, lo que incrementa el riesgo de contaminar las lentillas y la superficie ocular con microbios. Por otra parte, utilizar las lentes de contacto más tiempo del recomendado es también un error frecuente. El uso diario no debe superar las 10 horas.
Otro hábito importante es frotar las lentillas para limpiarlas. Frotarlas suavemente con la yema de un dedo y enjuagarlas con solución adecuada, elimina microorganismos y residuos. En esta misma línea, el reemplazo regular de las lentillas es esencial para garantizar su seguridad. Finalmente, el estuche de lentillas debe limpiarse diariamente con la solución adecuada, secarse con un paño limpio y almacenarse en un lugar seco. Además, es importante cambiarlo de forma regular para evitar contaminaciones.