El uso de estatinas es una práctica común para reducir los niveles de colesterol y otras grasas en la sangre. Según MedlinePlus, estas medicinas funcionan bloqueando la producción de colesterol en el hígado, lo que ayuda a disminuir el colesterol LDL (conocido como colesterol malo), aumentar el colesterol HDL (el colesterol bueno) y reducir los triglicéridos en la sangre. Mantener un buen perfil de colesterol protege contra enfermedades cardíacas, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Los profesionales de la salud suelen recomendar estatinas cuando los cambios en la dieta no son suficientes para controlar el colesterol. Estas medicinas son la primera opción de tratamiento en adultos y adolescentes que necesitan regular sus niveles de colesterol.
Existen diferentes marcas, algunas genéricas y más baratas de estatinas, y para la mayoría de las personas, cualquier medicamento de esta clase funcionará para reducir los niveles de colesterol. Sin embargo, algunas otras pueden necesitar versiones más potentes de estas medicinas. Además, las estatinas pueden ser recetadas junto con otros medicamentos, y existen fórmulas combinadas que contienen estatina junto a fármacos para tratar otra condición, como la hipertensión.
Cómo y cuándo tomar las estatinas
Es importante seguir las indicaciones de administración proporcionadas por los profesionales de la salud. Las estatinas se presentan en pastillas o cápsulas que no deben ser abiertas, rotas ni masticadas antes de su consumo. La mayoría se toman una vez al día, algunas por la noche y otras en cualquier momento del día, y en diferentes dosis según las necesidades del paciente. No debe suspenderse el tratamiento sin consultar primero con el médico.
Qué hacer durante el tratamiento para el colesterol
Para almacenar correctamente las estatinas, se deben mantener en un lugar fresco y seco, lejos del alcance de los niños. Durante el tratamiento, es fundamental llevar una dieta saludable, reducida en grasas, así como adoptar hábitos que beneficien la salud cardíaca, como el ejercicio regular, el manejo del estrés y dejar de fumar.
Antes de comenzar el tratamiento con estatinas, es crucial informar al médico sobre nuestras condiciones de salud específicas como embarazo, lactancia, alergias a las estatinas, diabetes o enfermedades hepáticas, ya que estas son contraindicaciones importantes. También se debe informar sobre todos los medicamentos, suplementos, vitaminas y hierbas que se estén tomando, para evitar posibles interacciones.
Como curiosidad, y aunque en general no es necesario evitar el zumo de pomelo, si es recomendable no exceder una cantidad moderada. Además, los análisis de sangre regulares son esenciales para evaluar la eficacia del medicamento y vigilar posibles efectos secundarios como problemas hepáticos.
Efectos secundarios
Los efectos secundarios leves pueden incluir dolores articulares o musculares, diarrea, náuseas, estreñimiento, mareo, dolor de cabeza, malestar estomacal y gases. Aunque poco frecuentes, pueden aparecer efectos secundarios graves como daño hepático, problemas musculares serios, daño renal, hiperglucemia o diabetes tipo 2, pérdida de memoria y confusión.
En estos casos, es importante contactar con el médico de inmediato, sobre todo ante síntomas como dolor o sensibilidad muscular o articular, debilidad, fiebre, orina oscura, o cualquier otro síntoma nuevo y anómalo.