Una nueva quimioterapia reduce los efectos secundarios del tratamiento en pacientes de cáncer de colon y páncreas

La omisión de bolo en la terapia oncológica no afecta negativamente a los resultados del paciente, pero sí reduce los efectos adversos de la quimioterapia

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Una paciente de cáncer en un hospital (Shutterstock)
Una paciente de cáncer en un hospital (Shutterstock)

“Ataca lo bueno y lo malo”. En muchas ocasiones, así es como se describe coloquialmente la acción de la quimioterapia sobre el cáncer. Pese a ser uno de los tratamientos farmacológicos más utilizados (si no el que más) para acabar con las células cancerígenas, lleva consigo una serie de efectos secundarios más o menos leves, desde la pérdida del cabello a infertilidad.

Pacientes, familiares y médicos celebran cualquier avance que pueda paliar los efectos adversos del tratamiento, como ha ocurrido con una reciente investigación del hospital NYU Langone Health (Estados Unidos). Estos científicos han descubierto que es posible emplear una nueva opción de quimioterapia en enfermos de cáncer de páncreas y colon que reduce los efectos adversos del tratamiento sin afectar negativamente a los resultados del paciente.

El estudio ya ha sido publicado en la JNCCN-Journal of the National Comprehensive Cancer Network y expone que en muchos tratamientos dirigidos a cánceres gastrointestinales metastásicos es posible administrar mediante infusión continua el fármaco 5-FU, sin el componente de bolo (administración rápida a través de un impulso intravenoso). Esto hace que la quimioterapia sea mucho más tolerable para los pacientes. FOLFOX, FOLFIRI o FOLFIRINOX son algunos de estos regímenes de tratamiento.

Los investigadores analizaron los resultados de 11.765 pacientes de 280 clínicas oncológicas a los que se les diagnosticó cáncer colorrectal, gastroesofágico y de páncreas avanzado entre enero de 2011 y mayo de 2022. Según los hallazgos, no hubo una disminución de la supervivencia general para el 13,7 % de los pacientes que no recibieron un componente de bolo de 5-FU como parte de su régimen de tratamiento. Sin embargo, esos pacientes sí experimentaron una reducción notable de las citopenias, como la neutropenia (sistema inmunitario comprometido) o la trombocitopenia (problemas de sangrado).

“El beneficio más significativo de este ajuste es que hace que el tratamiento sea más tolerable, lo que potencialmente facilita la experiencia de la quimioterapia para los pacientes. Durante décadas, el tratamiento más eficaz para los cánceres gastrointestinales fue una combinación de dos formas de 5-fluorouracilo: la inyección en bolo de 5-FU, seguida de la infusión continua de 5-FU. Sin embargo, a principios de la década de 2000, el estándar de atención evolucionó hacia regímenes de múltiples fármacos después de que se descubrió que agregar al esquema de dos componentes de 5-FU mejoraba significativamente los resultados del paciente. Si bien el valor del bolo de 5-FU estaba bien establecido en los regímenes de un solo fármaco más antiguos, su papel en estas nuevas combinaciones de múltiples fármacos nunca se probó a fondo y en gran medida se asumió”, explica el doctor Shun Yu de la NYU Langone Health, autor principal del estudio.

Son muchos los oncólogos en ejercicio especializados en cánceres gastrointestinales que han comenzado a suprimir el bolo de los tratamientos, según el estudio. Ajustando factores clínicos como la edad y las comorbilidades, demostraron que omitir el bolo de 5-FU no disminuye las posibilidades de supervivencia, pero sí los efectos secundarios y los costes sanitarios.

“Este estudio ofrece evidencia sólida para no usar un bolo de 5-FU con regímenes FOLFOX/FOLFIRI/FOLFIRINOX en cánceres gastrointestinales avanzados”, comenta la doctora Elena Gabriela Chiorean del Fred Hutch Cancer Center, que no participó en esta investigación.

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Los efectos secundarios de la quimioterapia

Algunos de los efectos adversos más comunes de esta conocida terapia oncológica que recoge la Clínica Mayo son vómitos, náuseas, diarrea, caída del pelo, pérdida de apetito, fiebre, llagas en la boca, dolor, estreñimiento, hematomas que se producen con facilidad y sangrado. Muchos de ellos se pueden evitar o tratar y desaparecen una vez que termina el tratamiento.

Sin embargo, la quimioterapia puede producir una serie de efectos secundarios tardíos que no se presentan hasta meses o años después. Aunque varía según el tipo de medicamento, los más comunes pueden incluir infertilidad, problemas cardíacos, problemas renales, daño al tejido del pulmón, lesión de los nervios (neuropatía periférica) y riesgo de un segundo cáncer.

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