La vacuna contra el fentanilo comenzará sus ensayos con humanos en 2025

El fentanilo es un opioide 50 veces más potente que la heroína que deprime el sistema nervioso central

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Una enfermera limpia y desinfecta el brazo de una paciente antes de aplicar la vacuna (Shutterstock España)
Una enfermera limpia y desinfecta el brazo de una paciente antes de aplicar la vacuna (Shutterstock España)

El fentanilo es ya la primera causa de muerte por sobredosis en Estados Unidos, con casi 100.000 fallecidos en 2021. En los últimos años, parte de la comunidad científica ha centrado sus esfuerzos en desarrollar una vacuna contra este opiáceo sintético cuyo consumo se considera ya un problema de salud pública. Ahora, la Universidad de Houston (Texas) ha anunciado que los ensayos clínicos de su fármaco comenzarán a mediados del año que viene, con la esperanza de poner fin a la epidemia de drogadicción que asola al país.

La vacuna ya ha demostrado su eficacia y seguridad en los primeros estudios con animales y actúa impidiendo que el opioide entre en el cerebro y genere esa adicción que derive en sobredosis. La biofarmacéutica Ovax ha sido la compañía que ha recibido la licencia para producir y testar la vacuna, así como una recaudación de más de 10 millones de dólares

Desde la farmacéutica reconocen sentirse “muy emocionados” y esperan que la vacuna esté disponible pronto para el público. Sin embargo, aunque las emergencias de salud pública aceleran el desarrollo de los fármacos (como ocurrió con la pandemia del Covid-19), la vacuna podría estar lista dentro de cinco o diez años, incluso más.

El fentanilo se vende con receta médica para tratar dolores intensos, como los resultantes de las cirugías o el cáncer. Este opioide es extremadamente potente, hasta 100 veces más fuerte que la morfina y 50 veces más que la heroína.

Entrenar el sistema inmunológico para prevenir la adicción

A diferencia de las bacterias y los virus, nuestro cuerpo no detecta que los opioides sean invasores extraños. Por tanto, el sistema inmunológico no lo ataca. Sin embargo, los investigadores han descubierto que podemos entrenar el sistema inmune para producir anticuerpos en respuesta a un opioide. Es aquí donde entra en juego la posible vacuna, que une fragmentos del fármaco con fragmentos no infecciosos de bacterias y utiliza unas sustancias llamadas adyuvantes.

Estos adyuvantes son clave para el desarrollo del fármaco, pues están diseñados para mejorar la respuesta inmunitaria. En el caso de la vacuna del fentanilo, su adyuvante es una enterotoxina, que es una sustancia química producida por la conocida bacteria Escherichia coli y que sea ha modificado para que no sea infecciosa para el cuerpo humano.

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La droga ‘zombie’: qué provoca el fentanilo en el cerebro

El fentanilo, al unirse a los receptores opioides que controlan la percepción del dolor y las emociones, perjudica el cerebro y el sistema nervioso central. Estos receptores se encuentran en áreas del cerebro que regulan el placer y el dolor, y cuando el opioide se une a ellos, se genera una intensa liberación de dopamina, un neurotransmisor asociado con la recompensa y el bienestar. Esta liberación excesiva de dopamina es lo que produce la euforia extrema que sienten las personas que consumen opioides.

Al deprimir el sistema nervioso central, ralentiza las funciones respiratorias y cardíacas. A dosis altas, esta supresión puede llevar a una insuficiencia respiratoria, lo que provoca un paro respiratorio y, si no se trata a tiempo, la muerte.

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