El embarazo ectópico ocurre cuando el óvulo fecundado se implanta fuera del útero, lo que impide su desarrollo normal. La mayoría de los embarazos ectópicos ocurren en las trompas de Falopio, los conductos que conectan los ovarios con el útero, y se le conoce embarazo tubárico. No obstante, también pueden tener lugar en otras partes del cuerpo, como en los ovarios, el abdomen o el cuello uterino, aunque son menos comunes.
La causa más frecuente de embarazo ectópico es que las trompas de Falopio estén malformadas o inflamadas, lo que impide que el óvulo llegue al útero. Las infecciones previas, a menudo relacionadas con enfermedades de transmisión sexual (ETS) como la clamidia o la gonorrea, son un factor de riesgo a tener en cuenta. Otros factores como los desequilibrios hormonales o los tejidos cicatriciales provocados por una cirugía también pueden aumentar el riesgo de sufrir un embarazo ectópico.
Los primeros síntomas de un embarazo ectópico pueden ser similares a los de un embarazo normal, como ausencia del período menstrual, sensibilidad en los pechos y náuseas. Sin embargo, a medida que avanza el embarazo ectópico, se presentan los síntomas más graves, como un intenso dolor abdominal, mareos y sangrado vaginal, aunque también es posible que este último no ocurra.
Cómo saber si tengo un embarazo ectópico
Los síntomas del embarazo ectópico aparecen en torno a las seis semanas. Antes de ello, el ginecólogo no puede diagnosticar un embarazo ectópico al no observarse nada en las ecografías. Cumplida la sexta semana, el equipo médico realiza una analítica de sangre para medir la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG), producida durante el embarazo, y una ecografía.
Si el embarazo ectópico no se trata a tiempo y de manera adecuada, puede poner en peligro la vida de la mujer. Según la Clínica Mayo, puede provocar que las trompas de Falopio se abran repentinamente y ocasionar un sangrado muy grave.
Tratamiento de un embarazo ectópico
El tratamiento de un embarazo ectópico depende de su tamaño y ubicación, así como de si la trompa de Falopio se ha roto. Si se detecta temprano, el tratamiento médico puede incluir la administración de un medicamento llamado metotrexato, que detiene el crecimiento del tejido del embarazo y permite que el cuerpo lo absorba. Anteriormente se utilizaba para provocar abortos.
En casos donde el embarazo ectópico está más avanzado o si hay riesgo de ruptura, puede ser necesario un tratamiento quirúrgico. La cirugía, ya sea mediante laparoscopia o un procedimiento abierto, busca extraer el tejido ectópico y reparar o extirpar la trompa de Falopio si ha sido dañada.
Lo cierto es que no existe forma alguna de evitar sufrir un embarazo ectópico, aunque sí se pueden realizar algunas acciones para limitar su riesgo. Por ejemplo, limitar el número de parejas sexuales o utilizar un preservativo para prevenir las infecciones de transmisión sexual y afecciones como la enfermedad inflamatoria pélvica. Además, el tabaco también puede propiciar un embarazo ectópico, por lo que se recomienda dejar de fumar si se está buscando un embarazo.