Ayuso privatiza las charlas a alumnos y padres para prevenir la anorexia y la bulimia: las dietas para adelgazar crecen en los chicos y bajan en las chicas

La Comunidad de Madrid licita un contrato por 72.000 euros para que tres psicólogos impartan talleres en 40 institutos. Desde Más Madrid aseguran que todo esto es un “parche” si Sanidad no aumenta los recursos asistenciales en un trastorno creciente entre nuestros jóvenes

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La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con un grupo de jóvenes
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con un grupo de jóvenes

El Gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso es “consciente del grave problema que suponen los trastornos del comportamiento alimentario (TCA) no solo para quienes los padecen, sino también para sus familiares y su entorno social”. Por eso está licitando un contrato para la planificación y ejecución de un programa para la prevención de estos trastornos dirigido al alumnado de Educación Secundaria y a sus padres. Un contrato valorado en 72.327,77 euros. La Consejería de Sanidad justifica esta privatización porque “no dispone del personal especializado necesario ni de los medios materiales para poder realizar” 130 talleres para los estudiantes y 15 talleres virtuales para familias.

El Plan de Salud Mental de la Comunidad de Madrid 2022-24 destaca el aumento significativo de la demanda de atención compleja de adolescentes, incrementada en el contexto de la pandemia, con un incremento de personas con TCA especialmente en población de mujeres jóvenes. “En la prevención de los TCA en el ámbito educativo, los métodos empleados en enseñanza secundaria han variado en los últimos años, pero hay evidencias que sugieren la conveniencia de emplear modelos multifactoriales, con intervenciones que abordan los estilos de vida saludables, la imagen corporal y la influencia de los medios de comunicación a través de actividades psicoeducativas con la motivación como eje principal para el desarrollo de programas”, explican desde Sanidad para justificar la realización de estos talleres.

Y es que la prevención de los TCA es clave en el ámbito familiar, señalan los expertos de la Dirección General de Salud Pública, “para fomentar las condiciones que suponen factores de protección y reducir las que constituyen factores de riesgo”. Ello conlleva “informar, formar, dotar de herramientas e involucrar a madres y padres en el desarrollo de actitudes, conductas y habilidades de gestión familiar necesarias para ejercer su función como promotora de estilos de vida saludables que favorezcan la prevención de TCA en sus hijos. ¿Cuáles son los factores de riesgo? “Imagen corporal negativa, baja autoestima, autoexigencia muy elevada, perfeccionismo obsesivo, necesidad de control y rigidez cognitiva, ambiente familiar desestructurado o sobreprotector, obesidad o sobrepeso en la infancia y la adolescencia, presión social respecto la imagen, familias que dan mucha importancia a la delgadez y al aspecto físico como medio para obtener éxito social, dietas rigurosas, hábitos poco regulares o malos hábitos alimentarios”.

Un comedor de una asociación privada que trata trastornos del comportamiento alimentario.
Un comedor de una asociación privada que trata trastornos del comportamiento alimentario.

Los últimos datos aportados por el Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo Asociados a Enfermedades No Transmisibles en Población Juvenil (SIVFRENT) revelan una realidad preocupante y un problema que empieza a ser endémico: el 18,6% de los chicos y el 30,6% de las chicas consideraron que tenían exceso de peso o que estaban obesos. Además, el 30,8% de la población juvenil estudiada afirmó haber realizado algún tipo de dieta en los últimos doce meses. Las chicas realizan dietas para adelgazar casi dos veces más frecuentemente que los chicos, pero se ha detectado que la proporción de jóvenes que realizaron dietas para adelgazar se incrementó un 117,4% en los chicos y disminuyó un 15,2% en las chicas. Es decir, en los primeros “se observa una tendencia creciente sostenida”. Y es que si los trastornos de alimentación han sido una enfermedad mental asociada normalmente a las mujeres, sobre todo adolescentes, cada vez son más los varones que necesitan ayuda médica.

Más casos desde la pandemia

Sanidad asegura que la pandemia provocada por el coronavirus “ha supuesto un aumento alarmante de la incidencia de los trastornos, así como ‘reagudizaciones’ severas de casos ya diagnosticados, lo que ha conllevado un importante aumento de la demanda en todos los dispositivos asistenciales de la Comunidad de Madrid”. Diego Figuera, psiquiatra y diputado de Más Madrid, denuncia que este aumento de la demanda no ha ido acompañado por una mejora de los recursos disponibles. “Lo venimos denunciando precisamente desde la pandemia. El Gobierno del PP ha adelgazado los equipos de salud pública. El modelo está pensado aposta para externalizar servicios. Es una política habitual, es su manera de funcionar. Faltan medios”.

Figuera pone como ejemplo las camas que hay en la red de hospitales públicos para tratar estos casos, los más graves, los que necesitan hospitalización. Hay 42 camas específicas de TCA en todo Madrid, a las que hay que sumar 75 camas en los hospitales de día (donde los internos no pasan allí la noche). “Con este modelo yo conozco muchos padres que están recurriendo a la sanidad privada para que sus hijos reciban la atención que necesitan. José Luis Pedreira es un reputado psiquiatra infantil, que ha trabajado en el Hospital Niño Jesús y que dirigió el trabajo que el CIS hizo durante la pandemia sobre salud mental. Para este profesional, los trabajos de prevención sobre TCA deberían estar integrados en el sistema público educativo y la atención primaria. “No valen de nada ‘paracaidistas para dar estos talleres, si estos luego no están implementados en una política de planificación e integración con la asistencia sanitaria. Cuando se hacen trabajos de prevención se obtienen conclusiones con las que luego hay que trabajar, para dar respuesta con recursos y medios”, Lo mismo opina Figuera. “Lo de los talleres es una idea peregrina, si no va acompaña de medios, es un parche que no parece una solución”.

Instalaciones del Hospital Niño Jesús de Madrid, que cuenta con una unidad especializada en TCA
Instalaciones del Hospital Niño Jesús de Madrid, que cuenta con una unidad especializada en TCA

Para la Consejería de Sanidad, “lo esencial de la prevención es su capacidad de anticipación. Prevenir supone actuar antes de que aparezcan las primeras conductas de riesgo relacionadas con la alimentación y puedan llegar a convertirse en un trastorno de la conducta alimentaria. Por tanto, es fundamental apoyar a la comunidad educativa y sus familias en la respuesta a la situación actual y dotarles de una serie de herramientas para llevar a cabo un estilo vida saludable, aprender a gestionar las emociones, adquirir unas adecuadas competencias parentales, desarrollar una sana autoestima y, en definitiva, reducir todos aquellos factores de riesgo que pueden desencadenar el desarrollo de un TCA”. El programa incluye 130 talleres de tres horas de duración, que se impartirán en 40 centros de Educación Secundaria; y 15 talleres virtuales dirigidos a las figuras parentales de los alumnos. La duración será de dos horas “con un espacio para debatir y resolver dudas”. La empresa que gane el contrato deberá aportar cuatro profesionales para dar estos talleres, tres de ellos psicólogos.

¿Por qué cada vez más chicos?

El doctor Pedreira recuerda que los TCA son una enfermedad muy compleja. “¿Es un trastorno en sí mismo o la expresión de otro trastorno mental subyacente? Mi opinión es que lo segundo. Los casos se dispararon tras la pandemia porque se hacía menos ejercicio y se comía mal y peor. Nuestros jóvenes vieron luego una solución en dietas fantasmas que sacaban de Internet, algunas de ellas de páginas muy dañinas”. A la pregunta de por qué hay más casos en chicos, cuando siempre ha sido un trastorno vinculado a las mujeres, este psiquiatra explica que la respuesta está en la patoplastia, la expresión de la patología. “Tradicionalmente, las chicas expresan sus trastornos mentales en el cuidado corporal y los chicos en trastornos del comportamiento y adicciones. La pandemia, repito, hizo que creciera la preocupación por el cuerpo, también en los chicos”.

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