Virus del Nilo: cómo se transmite, síntomas y precauciones

En España, las comunidades de Andalucía y Extremadura concentran la mayoría de los casos

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Mosquito transmisor del virus del Nilo Occidental
Mosquito transmisor del virus del Nilo Occidental

Este 2024 España se enfrenta al segundo brote más grave del virus del Nilo, registrado en el año 2020. Así, el Ministerio de Sanidad había contabilizado 44 casos hasta el pasado 23 de agosto, según el último informe. Sin embargo, desde entonces, la Junta de Andalucía ha informado de 10 casos adicionales y cinco fallecimientos.

Los últimos decesos han provocado un aumento de la preocupación por la expansión de este virus, que pertenece a la misma familia que afecciones como el dengue, la fiebre amarilla y el Zika. Esta enfermedad afecta principalmente a aves silvestres, incluidas aquellas que migran a Europa desde África y el Medio Oriente.

El virus se transmite a los seres humanos a través de la picadura de mosquitos que han estado en contacto con aves infectadas. En este sentido, por el momento se han detectado mosquitos infecciosos en poblaciones cercanas al río Guadalquivir, como Coria del Río.

Imagen de un mosquito, vía de transmisión del Virus del Nilo Occidental (Junta de Andalucía)
Imagen de un mosquito, vía de transmisión del Virus del Nilo Occidental (Junta de Andalucía)

Qué síntomas tiene el virus del Nilo

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) destaca que en el 80% de los casos, la infección por el virus del Nilo Occidental es asintomática. Sin embargo, en el 20% restante, pueden aparecer síntomas como fiebre, dolor de cabeza, fatiga, dolores corporales, náuseas, vómitos, erupciones cutáneas y agrandamiento de ganglios linfáticos.

En los casos más graves, que se desarrollan en 1 de cada 150 personas, el virus puede causar enfermedades neuroinvasoras, como encefalitis, meningitis o poliomielitis del Nilo Occidental, con síntomas que incluyen dolor de cabeza, fiebre alta, rigidez de cuello, estupor, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular y parálisis.

El periodo de incubación del virus oscila entre 3 y 14 días. Actualmente, no existen vacunas ni tratamientos específicos para esta enfermedad, lo que subraya la importancia de adoptar medidas preventivas. Entre tanto, es recomendable consultar a un médico de inmediato si se experimentan síntomas graves tras una posible infección por el virus del Nilo Occidental. Las personas mayores de 50 años, así como aquellas con sistemas inmunológicos debilitados, deben estar especialmente alerta a estos signos y buscar atención médica urgente en caso de desarrollar algún tipo de complicación.

Cuáles son las zonas más afectadas por el virus del Nilo

En España, las comunidades de Andalucía y Extremadura concentran la mayoría de los casos de fiebre del Nilo Occidental. Estas regiones, caracterizadas por sus humedales, ofrecen un entorno favorable para la proliferación de mosquitos Culex, principales vectores del virus.

A nivel europeo, Italia, Grecia y Hungría son los países más afectados, aunque este año también se han registrado casos en Albania, Austria, Croacia, Francia, Rumanía y Serbia, según el último informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades.

Precauciones frente al virus del Nilo

Para evitar complicaciones en las zonas con mosquitos infecciosos, las autoridades sanitarias recomiendan tomar precauciones. Estas incluyen el uso de repelentes, la eliminación de criaderos de mosquitos y la protección adecuada con ropa de manga larga y pantalones largos durante las horas de mayor actividad de estos insectos, que coinciden con el amanecer y el atardecer.

La empresa de control de plagas y sanidad ambiental Lokímica ha reforzado con nuevos y más medios, incluido drones, las actividades de control y tratamientos contra los mosquitos que propagan el virus del Nilo Occidental (VNO), tanto para la fase adulta --mosquito que vuela y que está generando el problema ahora de salud pública-- como en larva --está en el agua estancada antes de ser adultos-- para reducir los riesgos de transmisión y hacer frente a la situación de emergencia que se está viviendo.
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