Desarrollan una prueba de sangre que detecta en menos de una hora el cáncer cerebral más letal

Los pacientes de glioblastoma solo cuentan con 15 meses de esperanza de vida una vez que reciben el diagnóstico, por lo que la detección temprana es crucial en esta enfermedad

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Unos doctores en la sala de control mientras un paciente se somete a una resonancia magnética (Shutterstock España)
Unos doctores en la sala de control mientras un paciente se somete a una resonancia magnética (Shutterstock España)

En menos de una hora los pacientes podrían recibir un diagnóstico de glioblastoma gracias a una novedosa prueba de sangre que ha sido desarrollada por los investigadores de la Universidad de Notre Dame (Francia). Este hallazgo abre el camino a una detección precoz del cáncer cerebral más letal, pues el glioblastoma solo ofrece 15 meses de esperanza de vida tras su diagnóstico.

Este cáncer se caracteriza por un rápido crecimiento y la capacidad de invadir y destruir tejidos sanos. Los síntomas comunes incluyen dolores de cabeza intensos, náuseas, vómitos, visión borrosa, convulsiones, cambios de personalidad y dificultades cognitivas.

El dispositivo diseñado por los científicos de Notre Dame consiste en un biochip que utiliza tecnología electrocinética para detectar biomarcadores o receptores del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) activos, que se sobreexpresan en ciertos tipos de cáncer (como el glioblastoma) y se encuentran en vesículas extracelulares. “Las vesículas extracelulares o exosomas son nanopartículas únicas secretadas por las células. Son grandes (entre 10 y 50 veces más grandes que una molécula) y tienen una carga débil. Nuestra tecnología fue diseñada específicamente para estas nanopartículas, aprovechando sus características a nuestro favor”, explica el doctor Hsueh-Chia Chang, profesor de Ingeniería Química y Biomolecular de Bayer en Notre Dame y autor principal del estudio, que ya ha sido publicado en la revista Communications Biology.

La investigación no fue sencilla. Los científicos tuvieron que desarrollar un proceso que pudiera distinguir entre los EGFR activos y no activos al mismo tiempo que crearan una tecnología que detectara los activos en las vesículas extracelulares de las muestras de sangre de los pacientes. Para lograrlo, diseñaron un biochip con un sensor electrocinético del tamaño de la punta de una aguja. Esto permitía que el dispositivo fuera más sensible y más selectivo a la hora de dar el diagnóstico del cáncer.

“Nuestro sensor electrocinético nos permite hacer cosas que otros métodos de diagnóstico no pueden hacer”, explica Satyajyoti Senapati, profesor asociado de investigación de ingeniería química y biomolecular en Notre Dame y coautor del estudio. “Podemos cargar sangre directamente sin ningún tratamiento previo para aislar las vesículas extracelulares porque nuestro sensor no se ve afectado por otras partículas o moléculas. Muestra poco ruido y lo hace más sensible para la detección de enfermedades que otras tecnologías”.

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Tecnología punta por menos de dos euros

Otro de los puntos revolucionarios de esta tecnología es que realizar una de estas pruebas lleva menos de una hora y solo se necesitan 100 microlitros de sangre, el equivalente a 0,001 litro. Además, la fabricación de cada biochip cuesta menos de dos euros. Los autores del estudio creen que, aunque de momento este dispositivo de diagnóstico solo se ha empleado para el glioblastoma, podría adaptarse a otros tipos de nanopartículas biológicas y detectar otras enfermedades. Según el profesor Chang, el equipo ya está estudiando la efectividad de esta tecnología para el diagnóstico del cáncer de páncreas, ciertas enfermedades cardiovasculares, la epilepsia y la demencia.

“Nuestra técnica no es específica para el glioblastoma, pero fue particularmente apropiado comenzar con él debido a lo mortal que es y a la falta de pruebas de detección temprana disponibles. Nuestra esperanza es que si la detección temprana es más factible, entonces habrá una mayor probabilidad de supervivencia”, concluyen.

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