Acudir al supermercado en los últimos meses está siendo una tarea ardua para el bolsillo. Aunque parece que la inflación ha comenzado a contenerse -la tasa de variación anual del IPC de julio se situó en el 2,8%, seis décimas por debajo de la registrada en junio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE)- hay alimentos que no experimentan mucha variación en sus precios. Uno de ellos es el Plátano de Canarias. Está en torno a 2,5 euros el kilo, mientras que la banana apenas llega a 1,5 euros. Es natural preguntarse el motivo detrás de esta diferencia. Sin duda, la calidad entre ambos no es la misma, pero eso, a simple vista, no terminaría de explica por qué uno cuesta un euro más que el otro.
La realidad es que hay una parte de la producción de los plátanos que los agricultores tienen que retirar del mercado para evitar que los precios se hundan por exceso de oferta, ya que las islas producen más de lo que los peninsulares pueden consumir. Este hecho es conocido como la ‘pica del plátano’, y para los productores tiene sentido, porque si los precios bajaran mucho, al final, el transporte de la mercancía les costaría más que lo que pudiesen ganar con la venta, por lo que se comprometería su rentabilidad.
Sin embargo, en las últimas semanas se ha producido un debate en redes sociales acerca de la moralidad de este proceso, pues supone tirar comida para que el precio esté más alto -algo que, por otro lado, se hace con muchos otros alimentos, como los limones de Murcia-.
26 millones de pica (plátano sobrante), en 2023
Según datos de Asprocan (la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias), encargada de coordinar la actividad de sus productores miembros para -según su página web- “conseguir los mejores resultados posibles para el sector platanero canario” y que fija las cantidades picadas, el año pasado fue el año de mayor producción de plátanos y se picaron más de 26,4 millones de kilos de esta fruta. Un dato al que nos podríamos acercar este 2024.
Como avanza el medio local Canarias Ahora, en la semana del 12 al 18 de agosto -la segunda del año en la que ha habido pica- se esperaba que se retirase en torno al 25% de la producción, esto es alrededor de dos millones de kilos del total producido, mientras que solo se envió 5,5 millones para su comercialización. De ese 25%, 800.000 kilos correspondería a la pica “obligatoria” y 400.000 a la “voluntaria” (la que deciden los propios agricultores). Esta semana 33 es la segunda consecutiva con pica en las islas, y no se espera que sea la última. En solo 15 días, se han retirado más de tres millones de kilos.
Y es que, como explica a Infobae España el consejero de agricultura del Cabildo de La Palma, Alberto Paz, el problema se ha intensificado debido a “los cambios en la temperatura -su aumento, concretamente-, que está provocando que haya más pica porque hay más producción de plátanos”. Es decir, que el aumento de grados en las islas, provocado por el calentamiento global, permite que la producción se extienda por un período más largo.
Estos plátanos no comercializados suelen ser utilizados con fines benéficos, como en bancos de alimentos, aunque también puede destinarse a la alimentación del ganado o mantenerse en las tierras (se tira).
Ante este panorama, algunas administraciones locales están comenzando a proponer otras soluciones para reducir esa cantidad de pica. Paz adelanta a este medio que algunas de esas medidas que se están comenzando a poner en marcha consisten en encontrar nuevos mercados para la pica o empezar a liofilizarla (un mecanismo por el que se deshidrata el producto mediante su congelación para facilitar su conservación y concentrar su sabor, y así poder ofrecer otras maneras de consumirlo, como en snacks de plátano).
Asprocan se defiende: “los productores no tienen capacidad para influir sobre el precio”
Este viernes, Asprocan (la asociación responsable de la pica) ha publicado una nota de prensa en la que se defiende de las protestas de los consumidores en redes sociales debido al alto precio de los plátanos, explicando que la asociación solo “aplica medidas de gestión de crisis para evitar el endeudamiento de los productores” y que estos “se están limitando a aplicar las medidas de gestión de crisis aprobadas por la Unión Europea cuando se producen circunstancias como las actuales con el objetivo de estabilizar las explotaciones y evitar su endeudamiento”, por lo que, aseguran, ellos “no tienen capacidad para influir sobre el precio de venta al público”.
En este sentido, también han solicitado “a los operadores de distribución que actúen rápidamente para reducir los precios de venta al consumidor y aproximarlos a los precios de origen, en sintonía con la situación de la oferta” y ha recordado que “Plátano de Canarias se enfrenta desde hace años a la banana, un competidor de apariencia similar que goza de ventajas normativas que la eximen de cumplir algunas exigencias a las que sí se someten los productos agrícolas nacionales. Ajustarse a esos requisitos supone aumentar costes ligados al manejo y explotación de las plataneras, lo que continúa reduciendo paulatinamente el margen productor, sin capacidad para influir sobre el precio final”.
En un comunicado difundido el pasado mes de julio, la asociación Asprocan solicitaba una mayor actualización de las ayudas que, aseguran, llevan siendo las mismas desde 2007 y una defensa más fuerte frente a la competencia externa, en lugar de decisiones “contraproducentes”, en referencia a las nuevas medidas que han sido aprobadas por la Comisión de Agricultura del Parlamento de Canarias en una Proposición No de Ley, dirigidas a reducir los límites de producción y a desincentivar el mantenimiento de las explotaciones con el objetivo de “garantizar el futuro de las pequeñas explotaciones”.
El Gobierno de Canarias, por su parte, no ha querido realizar ninguna declaración al respecto del tema, mientras que otras asociaciones de agricultores, como Asprocan, Asaja o Coag, que también han sido consultadas por este medio, no han contestado a las peticiones de entrevistas de Infobae España.
Ayudas que recibe el plátano de Canarias
Los productores de plátanos de Canarias reciben ayudas de la Unión Europea a través del Programa de Opciones Específicas por la Lejanía y la Insularidad (POSEI), que está diseñado para apoyar la producción agrícola en regiones ultraperiféricas, fijando una compensación cuando hay sobrante por cuestiones climatológicas, o competencia de terceros países.
Los kilos que se pican cuentan para obtener esa ayuda directa del programa POSEI, que otorga 0,30 euros por kilo, siempre que el productor haya comercializado el 70% de la cantidad de producción que tenga asignada.