Cómo se contagia la viruela del mono: síntomas y precauciones

El Ministerio de Sanidad ha calificado como “bajo” el riesgo de contagio de la variante mpox

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Un paciente es atendido tras ser diagnosticado con mpox, el 24 de agosto de 2022. (EFE/ Paolo Aguilar)
Un paciente es atendido tras ser diagnosticado con mpox, el 24 de agosto de 2022. (EFE/ Paolo Aguilar)

Desde el 14 de agosto, la viruela del mono es una emergencia sanitaria internacional. La Organización Mundial de la Salud (OMS) volvía a tomar la misma decisión que en el año 2022 tras detectar un nuevo brote de la enfermedad en África. En la República Democrática del Congo, epicentro de la nueva variante, se han reportado más de 500 muertes y 14.000 contagios.

En el caso de España, el Ministerio de Sanidad ha calificado como “bajo” el riesgo de contagio de la variante mpox para la población residente en el país. Esta evaluación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) coincide con la reciente revisión de la Agencia de Salud Pública de la Unión Europea, que incrementó la clasificación del riesgo para Europa de “muy bajo” a “bajo” tras la confirmación del primer caso de la nueva variante en Suecia.

Un médico atiende a una niña con erupciones de viruela del mono en su espalda (Canal 26)
Un médico atiende a una niña con erupciones de viruela del mono en su espalda (Canal 26)

Cómo se contagia la viruela del mono

La viruela del mono se transmite a los humanos principalmente a través del contacto físico con animales infectados, como roedores o primates. De este modo, el riesgo de infección puede reducirse evitando el contacto directo con animales salvajes, especialmente si están enfermos o muertos. También es muy importante cocinar adecuadamente cualquier alimento que contenga carne en regiones donde la enfermedad es endémica.

Según indican desde el portal web de Naciones Unidas, las personas infectadas son contagiosas mientras presentan síntomas, generalmente durante las primeras dos a cuatro semanas. El virus se propaga a través del contacto físico con lesiones cutáneas, fluidos corporales, costras, o mediante objetos contaminados como ropa o utensilios. Además, las úlceras y llagas pueden transmitir el virus a través de la saliva, lo que aumenta el riesgo de infección en convivientes y parejas sexuales, así como en profesionales de la salud.

Entre tanto, el virus también puede transmitirse de madre a feto a través de la placenta, o de padres infectados al recién nacido durante o después del parto a través del contacto piel con piel. No se ha confirmado si las personas asintomáticas pueden transmitir la enfermedad.

Síntomas de la viruela del mono

La viruela del mono se manifiesta inicialmente con dolor de cabeza, fiebre, escalofríos, dolores musculares, fatiga extrema e inflamación de los ganglios linfáticos. Más adelante, de uno a tres días después del inicio de la fiebre, aparece una erupción que comienza en el rostro y se extiende a otras partes del cuerpo, incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies.

La erupción sigue un patrón similar al de la viruela, comenzando con manchas rojas que evolucionan a pústulas. Con el tiempo, estas pústulas forman costras que finalmente se desprenden. La duración de la viruela del simio suele ser de dos a cuatro semanas. Además, según se indica en el portal especializado Mayo Clinic, los síntomas pueden aparecer de 3 a 17 días a partir de la exposición.

Precauciones para evitar el contagio de la viruela del mono

Para reducir el riesgo de contagio de la viruela del simio, es aconsejable limitar el contacto con personas que sospechen tener la enfermedad o que hayan sido diagnosticadas. Si el contacto es inevitable, como en el caso de trabajadores de la salud o convivientes, se recomienda que la persona infectada se aísle y cubra las lesiones en la piel, preferiblemente con ropa. Quienes estén en contacto cercano deben usar mascarilla médica, especialmente si el paciente tiene tos o lesiones en la boca, y evitar el contacto piel con piel. El uso de guantes desechables y mascarilla es fundamental al manipular ropa o ropa de cama de la persona infectada.

Además, también es muy importante lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o utilizar desinfectante de manos a base de alcohol, especialmente después de tocar al paciente, su ropa o superficies que puedan haber estado en contacto con su erupción o secreciones respiratorias. Además, la ropa, toallas y sábanas del paciente deben lavarse con agua tibia y detergente, y las superficies contaminadas deben limpiarse y desinfectarse adecuadamente.

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