En busca del arma homicida del menor de 11 años asesinado en Mocejón (Toledo): la Guardia Civil pide colaboración ciudadana

Este lunes el presunto autor del crimen de Mateo, el niño de 11 años asesinado a puñaladas el domingo en la localidad toledana de Mocejón, ha confesado el crimen en su primera declaración tras ser detenido por las autoridades policiales. El menor fue asesinado cuando jugaba con unos amigos al fútbol en el campo municipal Ángel Tardío. 24 horas después de que asestara, con la cara tapada, hasta once puñaladas al pequeño, el presunto autor de los hechos, que tiene 20 años y es natural del pueblo, fue detenido por la Guardia Civil.

Pocos detalles han trascendido y trascenderán de momento, ya que la investigación se mantiene bajo secreto de sumario por orden del Juzgado de Instrucción número 3 de Toledo, que se ha hecho cargo del caso. Sin embargo, todavía se busca el objeto punzante con el que se cometieron los hechos.

Por ello, la Guardia Civil ha apelado este martes a la colaboración ciudadana en la búsqueda del arma con el que Mateo fue asesinado a primera hora del domingo en el campo de fútbol al que el menor había acudido a jugar con sus amigos.

El instituto armado ha informado en un comunicado sobre el número de emergencias (062) y la disponibilidad de la aplicación móvil gratuita ‘Alertcops’, a través de la cual cualquier persona puede contactar con las fuerzas de seguridad del Estado en caso de necesidad. En el comunicado se menciona que el lunes por la tarde los agentes realizaron dos registros en viviendas familiares y que la búsqueda del arma homicida sigue en curso en las proximidades del polideportivo y en un canal de agua.

Para esta tarea, la Guardia Civil cuenta con el apoyo del Grupo de Especialistas en Actividades Subacuáticas (GEAS) de Valdemoro (Madrid) y el Grupo de Apoyo Operativo (GAO).

Contrario a lo que se ha especulado en redes sociales, donde se ha generado una ola de racismo que atribuía el ataque a la llegada de personas de Senegal al pueblo (incluso la familia de Mateo pidió que no se juzgara a nadie por su color de piel), el responsable es un joven español de 20 años. Según han comentado algunos vecinos a El Mundo, los padres del joven están divorciados, por lo que él y su hermano alternan temporadas con su madre en Madrid —donde vive habitualmente, de acuerdo con la Guardia Civil, que confirmó la información a El Español— y otras con su padre en Mocejón.

En este municipio, que apenas cuenta con 5.000 habitantes, el joven no se relacionaba con nadie. Varias personas entrevistadas por El Mundo lo describen como un niño “no muy normal”, que “miraba hacia abajo” o que “no estaba bien”, aunque nadie imaginaba que pudiera hacer algo así. “Los niños llevaban días viendo a un chico que los seguía con un palo mientras silbaba”, han asegurado algunas fuentes. Además, El Periódico de España ha informado que tenía problemas mentales, y el padre del joven ha declarado que padecía una discapacidad del 70%.

* Con información de EFE