La sandía es una de las frutas con más éxito del verano. Es refrescante, dulce y tiene múltiples beneficios para la salud. Además de su contenido de agua, es rica en nutrientes esenciales. Es una buena fuente de potasio, un mineral que regula el equilibrio de líquidos y electrolitos en el cuerpo, de manera que contribuye a mantener una presión arterial saludable y previene calambres musculares.
Se trata de una fruta que podemos encontrar de origen nacional con facilidad. No obstante, según la Organización de Consumidores y Usuarios(OCU), en las tiendas se ven también muchas sandías procedentes de Marruecos, cuyo volumen se ha incrementado hasta 10 veces en la última década y compite con la sandía española en época estival.
Cómo elegir una buena sandía
La OCU ha detallado en un artículo algunos consejos para meter en el carro una de las mejores piezas que podamos encontrar en supermercados o fruterías:
- Cómpralas mejor cuando sea su temporada (desde mayo hasta principios de septiembre) y preferiblemente producto nacional que es más sostenible.
- Escoger aquellas que están en la parte superior de los cestos o contenedores y comprobar siempre que la corteza está firme y dura, sin zonas blandas que puedan ser sintomáticas de que han sufrido un golpe.
- Escoge siempre productos sin defectos aparentes, grietas o golpes. En las sandias siempre hay una zona de color más claro, que es donde se apoya la sandia en el suelo, eso no es un defecto.
- La zona del pedúnculo no debe estar muy seca y debe oler a fresco.
Comprar una sola mitad
En muchas tiendas y supermercados ya se venden mitades de sandías para aquellos casos en los que una entera sea demasiado. Su precio de venta puede ser superior al de la fruta entera. No obstante, desde la OCU señalan que la ventaja de comprar sandías por mitades es que ayuda a evitar el desperdicio alimentario. Eso sí, no hay que dejar de lado las advertencias sanitarias al respecto.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) advierte de que esta opción puede entrañar riesgos. En un informe, que se centrándose en las condiciones de conservación de sandía, melón, papaya y piña, señalan que la fruta en mitades tiene una menor vida útil. Además, al mantenerla así hay más riesgo de crecimiento de microrganismos patógenos como Salmonella, Escherichia coli verotoxigénico o Listeria monocytogenes.
Sin embargo, señalan que no todas las frutas son iguales. En este sentido detallan que cuanto más ácidas sean y más maduras estén, mayor es el riesgo de deterioro y contaminación. De las cuatro frutas analizadas, la piña es la que presenta mayor riesgo de contaminación y deterioro, lo que se explica por ser una fruta más ácida.
Los riesgos se reducen si la media pieza tiene unas buenas condiciones de conservación en el punto de distribución. La temperatura ambiente no debe superar los 25 grados, el lugar debe estar ventilado y protegido de la luz solar y tras la compra, la fruta se tiene que refrigerar de forma inmediata.