Antonio Pineda, hijo de la mujer fallecida por el virus del Nilo: “La muerte de mi madre se podía haber evitado”

Los vecinos de varias localidades andaluzas exigen a las autoridades que se tomen medidas para prevenir la picadura, en ocasiones letal, del mosquito del Nilo

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Vecinos de La Puebla del Río (Sevilla) piden a la Junta de Andalucía una vacuna contra el virus del Nilo y más fumigación (Europa Press)
Vecinos de La Puebla del Río (Sevilla) piden a la Junta de Andalucía una vacuna contra el virus del Nilo y más fumigación (Europa Press)

Varios municipios de la cuenca del Guadalquivir viven atemorizados por la presencia del mosquito del Nilo y exigen a las autoridades que tomen medidas efectivas para prevenir el contagio del virus. Una situación que ahora está ocupando un espacio y un tiempo en los medios de comunicación, pero es una realidad con la que miles de vecinos de Sevilla, Huelva y Córdoba llevan viviendo años.

La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha registrado en lo que llevamos de año dos muertes, 13 hospitalizaciones y 26 infectados, aunque es bastante probable que las cifras sean superiores. Este infradiagnóstico se debe a que aproximadamente el 80% de los contagiados por el virus del Nilo son asintomáticos, según explicó a este medio la doctora María Velasco, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Cuando se presentan los síntomas de la enfermedad, esta lo hace provocando fiebre, malestar, dolor muscular, afectación ocular, diarrea... En torno al 3% de los casos deriva en su forma más grave: meningoencefalitis, que afecta al sistema nervioso central.

Este fue el caso de Granada Romero, la mujer de 86 años que ha fallecido tras contagiarse del virus del Nilo. Esta vecina de La Puebla del Río (Sevilla) no tenía ninguna patología previa, asegura su hijo Antonio Pineda para Infobae España: “Mi madre estaba como una rosa, tenía muchas ganas de vivir y una personalidad enorme. Es duro ver cómo se apaga con algo que muy probablemente se podía haber evitado”.

Esta mujer comenzó con dolores de cabeza y un malestar general que no podía describir, “hasta la comida y la bebida le sabía mal”. Empezó a tener dificultades para mover las articulaciones y, en ocasiones, “decía cosas sin mucha congruencia”. Cuando apareció la fiebre, hicieron una segunda visita a Urgencias.

A la familia Pineda Romero no les pilló desprevenidos los síntomas de Granada ya que, por desgracia, el padre de Antonio también se infectó del virus del Nilo en 2016, uno de los primeros casos en España. “Mi padre salió con mucha dificultad de la enfermedad, pero acabó con el sistema inmunológico muy deteriorado. Falleció después por el Covid″, cuenta.

Antonio Pineda reconoció en su madre los mismos síntomas que tuvo su padre y se aseguraron de adelantarse al empeoramiento de la enfermedad. “No sirvió de mucho. “Les transmitimos a los médicos lo que estábamos viendo, lo que creíamos que podría tener. Al principio no nos echaron cuenta y tuvimos que insistirles mucho, hasta pusimos una reclamación”, se lamenta.

Este hombre critica que el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla no siguió el protocolo de actuación, algo que niegan desde el centro. Pineda expone que “no se tuvo en cuenta de dónde venía” la paciente, una zona de marismas, humedales y arrozales propicia a los mosquitos. Según el Servicio Andaluz de Sanidad (SAS), ya son 13 los pueblos afectados por el mosquito del Nilo: nueve en Sevilla (Almensilla, Villamanrique de la Condesa, Bollullos de la Mitación, Gelves, Utrera, Los Palacios y Villafranca, Coria del Río, Dos Hermanas y La Puebla del Río), dos en Cádiz (Benalup-Casas Viejas y Vejer de la Frontera), uno en Córdoba (Montalbán) y uno en Huelva (La Palma del Condado).

Fumigaciones en Isla Mayor, Sevilla (Imagen de archivo)
Fumigaciones en Isla Mayor, Sevilla (Imagen de archivo)

Los vecinos exigen medidas

Los vecinos de las localidades afectadas se han unido a la plataforma Lucha contra Virus Nilo, que amenaza a más de 350.000 sevillanos. El pasado lunes, tuvo lugar una concentración para reclamar a la Junta de Andalucía medidas efectivas contra el mosquito, pues los tratamientos para matar a las larvas de estos insectos no se han aplicado.

Como acción inmediata, exigen que se aumente la frecuencia y la intensidad de las fumigaciones. “Sabemos que los insecticidas son dañinos, pero hay algún momento en el que hay que usarlos y el momento es este”, sentencia Pineda. A medio largo y plazo, piden que el trabajo se mantenga de forma permanente para actuar contra las larvas antes de que crezcan, así como el desarrollo de unos test que permitan la identificación inmediata de la enfermedad.

“Si, como parece, este mosquito va a convertirse en algo endémico, la población necesita unas garantías”. Como explica la doctora Velasco, el cambio climático está favoreciendo la reproducción y la expensión de especies exóticas de insectos que, hasta hace poco, no se encontraban en España, como es el caso también del mosquito tigre (original de las zonas tropicales de Asia).

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