Cómo el virus del Nilo ha cambiado la vida de un niño de 11 años: sufre ataques epilépticos desde su contagio en 2020 en Sevilla

La madre del joven asegura que “jamás había tenido un problema de salud”

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Imagen de archivo de mosquito que transmite el Virus del Nilo.
Imagen de archivo de mosquito que transmite el Virus del Nilo.

La Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, confirmó este lunes nueve nuevos casos de virus del Nilo Occidental (VNO) en dos personas de Los Palacios y Villafranca, otras tres de Dos Hermanas, otro par de Coria del Río y otro en La Puebla del Río; aunque seis de los afectados han recibido el alta. Esta enfermedad ha provocado ya dos muertes en la provincia de Sevilla, dos mujeres que padecían patologías previas.

Salud también ha detectado la presencia del VNO en capturas realizadas entre el 23 y el 31 de julio en Almensilla, Villamanrique de la Condesa, Bollullos de la Mitación y Utrera, en la provincia de Sevilla, así como en Montalbán, en Córdoba. La Estación Biológica de Doñana del CSIC ha localizado el virus en mosquitos capturados en La Puebla del Río, Coria del Río y Palomares del Río. Además, la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural ha detectado VNO en un caballo en La Palma del Condado (Huelva), otro en Almensilla y un tercero en Sevilla capital.

Una vida con continuos ataques epilépticos

Desde 2011, la aparición del mosquito que porta este virus ha generado problemas en las poblaciones ribereñas del Guadalquivir sevillano. Especialmente duro fue el año 2020, con ocho fallecidos y 77 contagios. Uno de esos 77, tal y como cuenta Antena 3, es Daniel, que por aquel entonces tenía siete años y su vida desde ese momento no ha vuelto a ser la misma y sufre continuos ataques epilépticos.

El incidente ocurrió en la localidad de Guillena. La madre del pequeño, May, asegura que “jamás había tenido un problema de salud”, pero que desde que se desarrolló la enfermedad y recibe los tratamientos médicos pertinentes, sufre de epilepsia y otros trastornos. En un año puede llegar a tener entre 10 y 15 episodios de convulsiones. “Yo caí en depresión. Nadie se imagina por lo que he pasado. Nadie se puede imaginar la gravedad de este problema”, manifestaba la madre. Al mismo tiempo, critica que nadie les da voz y que no les quieren escuchar.

“Mi hijo estaba con los ojos vueltos y echando espuma por la boca”

May ha contado también cómo vivió los primeros síntomas de este episodio de terror: “Mi hijo estaba con los ojos vueltos, rígido, con las manos arrugadas y echando espuma por la boca”. Recuerda que unas ronchas en la piel le hicieron sospechar y decidió llevarle a un centro médico. Una vez en la consulta, la doctora de infeccioso les comunicó que le había picado el mosquito que transmitía el virus del Nilo. “Pero, ningún medicamento le ha quitado las convulsiones”, cuenta.

Cuatro años después del incidente, a sus 11 años, Daniel no puede hacer “vida normal” porque sus trastornos no remiten. A su madre le da pánico dejarle solo por “si sufre algún episodio grave” y nadie sabe como actuar, a pesar de que a él, como a cualquier persona de su edad, le gustaría poder “quedarse en casa de algún primo”.

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