Qué es el enfisema pulmonar que le han diagnosticado al director David Lynch

David Lynch, uno de los grandes directores de nuestra época, ha comunicado que padece de ciertos problemas de salud que le obligan a permanecer en casa. El estadounidense, cineasta de Corazón salvaje o Terciopelo azul, ha recibido un diagnóstico de enfisema pulmonar que llega tras años de fumador pero de los que asegura no arrepentirse: “Fumar era algo que me encantaba, pero al final me ha hecho daño”.

Según ha asegurado en una entrevista para Sight and Sound, Lynch ya no puede caminar sin ahogarse, pues con solo unos pasos se queda sin oxígeno, lo que le obliga a quedarse en casa. El enfisema pulmonar es una enfermedad crónica que afecta a los pulmones y que daña progresivamente los alveolos, que son las pequeñas bolsas de aire en los pulmones donde se produce el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

En una persona sana, los alvéolos son elásticos y se expanden y contraen durante la respiración. En el caso de los pacientes de enfisema como David Lynch, los alveolos se debilitan y eventualmente se rompen, creando espacios de aire más grandes y menos eficientes, según explica la Clínica Mayo. Esta reducción en la superficie de los alveolos dificulta la transferencia de oxígeno al torrente sanguíneo y la eliminación de dióxido de carbono. Como resultado, las personas con enfisema experimentan dificultad para respirar, especialmente durante actividades físicas.

La causa principal de esta enfermedad es la exposición prolongada a irritantes en el aire, especialmente el humo del tabaco. El fumar cigarrillos es, de hecho, el factor de riesgo más significativo. Otros factores que pueden contribuir al desarrollo del enfisema incluyen la exposición a la contaminación del aire, vapores químicos, polvo y otros contaminantes ambientales. También existe una forma rara de enfisema causada por una deficiencia genética en una proteína llamada alfa-1 antitripsina, que protege las estructuras elásticas de los pulmones.

Los síntomas del enfisema pueden desarrollarse gradualmente y a menudo no se notan hasta que el daño es significativo. Los más comunes incluyen la falta de aliento, la tos crónica que puede producir moco, las sibilancias y una constante sensación de opresión en el pecho.

Para diagnosticar el enfisema, los médicos de la Clínica Mayo utilizan una combinación de métodos, desde un examen físico para evaluar los síntomas hasta la realización de distintas pruebas de función pulmonar o radiografías de tórax. También pueden realizarse análisis de gases en sangre arterial para medir la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre.

Aunque el daño causado por el enfisema no se puede revertir, los tratamientos pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir complicaciones. El primer y más importante paso es el de dejar de fumar para ralentizar la progresión de la enfermedad, así como tomar medicamentos broncodilatadores para relajar las vías respiratorias y corticoides inhalados para reducir la inflamación. En algunos casos, se pueden prescribir antibióticos si hay infecciones respiratorias recurrentes.

Entre otras terapias disponibles, puede ofrecerse un tratamiento de oxígeno para aquellos pacientes con niveles bajos de oxígeno en la sangre, así como una rehabilitación pulmonar. En casos más graves, se puede considerar la cirugía de reducción de volumen pulmonar o, en situaciones extremas, el trasplante de pulmón. De hecho, el enfisema puede llevar a varias complicaciones serias, como un colapso pulmonar, problemas cardiovasculares o grandes espacios de aire en los pulmones.