Uno de los placeres más recurrentes cuando se sale a la calle en verano es parar a tomarse algo. Por ello, es bastante habitual encontrarse siempre las terrazas de los bares llenos, o las neveras portátiles en parques y playas. Para las cálidas temperaturas, el abanico de refrigerios que pueden tomarse es muy amplio y cada uno tiene sus preferencias.
Pero si sobre gustos no hay nada escrito, lo cierto es que nuestro cuerpo si tolera más unas bebidas que otras. Una realidad que puede comprometer el objetivo de muchos de aprovechar las vacaciones para ponerse en forma. Por este motivo, en el programa Más vale tarde de La Sexta, han querido consultarle a un experto qué bebida engorda más, si el tinto de verano o la cerveza.
Estos dos productos son de los más consumidos en verano por los adultos, aunque Pablo Ojeda, el nutricionista que ha respondido a la duda del programa, se ha mostrado contundente: “Ninguna cantidad de alcohol es recomendable”. Tampoco segura, ha añadido después, por lo que en realidad él trataría de animar a tomar otras bebidas, comenzando por el agua.
Las calorías dictan sentencia
A pesar de esta premisa, el nutricionista ha accedido a comparar la cantidad de calorías que tienen una y otra bebida, con una clara victoria para el tinto, si es preparado con gaseosa blanca. Pablo ha incluso compartido la receta ideal: “Le echas un dedito de tinto, con dos hielos, sube mucho el volumen y luego le echas la gaseosa que apenas tiene calorías”. Unas 100 por vaso, concretamente.
Sin embargo, cabe recordar que en muchas ocasiones el tinto de verano puede llevar azúcar u otros componentes, lo que convierte a la bebida en doblemente adictiva y provoca que controlemos menos su consumo. De hecho, la cantidad de una u otra cosa que tomemos es más importante que la bebida en sí, del mismo modo que si lo que ingerimos es casero y lo hemos hecho nosotros o lo hemos comprado en un supermercado.
En otra entrevista, esta vez en Las Mañanas Kiss, Ojeda también había valorado el aporte calórico de la cerveza, que resulta ser el doble que la del tinto. “Una lata de cerveza tiene alrededor de 200 calorías, así que con tres al día estamos hablando de 600 calorías extra”. Una cifra más que suficiente para entender por qué no es recomendable consumir esta bebida si se quiere perder peso.
Pero la cosa no acaba ahí, pues de nuevo el alcohol juega un papel importante. La cantidad de calorías de una cerveza sin alcohol es mucho menor, inferior a 100. El tinto, salvo que nos pasemos con el vino, también presenta una concentración etílica menor, lo que también le añade una ventaja comparativa respecto a la cerveza tradicional.