Suele ser bastante habitual que todo nuestro entorno, desde que empezamos a tener nuestros primeros ingresos, nos recomienden que ahorremos. Guardar dinero para el futuro, ya sea para emergencias, inversiones, o algo que verdaderamente sea importante para nosotros, es una idea que no solo estructura nuestras vidas, sino que también es una variable a tener en cuenta para las empresas, los Estados, y el funcionamiento de la economía.
Pero si los ahorros es algo que todos intentamos tener, hay quienes consiguen llevarlo a un nivel más elevado que la media, y que además dedican parte de su tiempo a ofrecer consejos para que la gente pueda seguir su ejemplo. Personas como Jonathan Clements, por ejemplo, que en su currículum podría presumir del hecho de haber escrito más de 1.000 columnas sobre finanzas personales en el periódico The Wall Street Journal con un mensaje muy claro: ahorrar lo máximo posible.
Él mismo puso en práctica esta norma que predicaba a los demás, y precisamente por esto se ha enfrentado a una terrible contradicción que la vida le ha presentado de golpe, revelada por el periódico The New York Times. A sus 61 años, Clements tiene cáncer, y los médicos no confían en que viva más de un año.
Ahorrar como si viviéramos 90 años
La ‘doctrina Clements’ se basaba, sencillamente, en planificar la economía como si nuestra vida durase el máximo posible. Para maximizar el ahorro, este tenía que empezar cuanto antes, aprovechando el interés compuesto que los bancos reportan a sus clientes a cambio de que estos les permitan utilizar su dinero.
Del mismo modo, el experto recomendó muchas veces no pedir los ingresos del Seguro Social -la Seguridad Social de Estados Unidos- hasta los 70 años o más, de manera que los pagos a recibir cuando se hiciera fueran lo más altos posible. Hasta ese momento, lo que buscó fue maximizar sus ingresos con dos trabajos, como periodista y en Citibank, y un estilo de vida muy sencillo
Lo que Clements pretendía era convertir su jubilación, también, en una forma de generar ingresos y ahorros. Esto se haría a través de las rentas vitalicias fijas inmediatas, un sistema en el que, a cambio del pago de una determinada cantidad de dinero, recibes cada mes un cheque con dinero durante el resto de tu vida.
Una cantidad que, sumada a los ingresos del Seguro Social, da de sobras para cubrir los gastos básicos, especialmente si uno continúa evitando grandes gastos, como en el caso de Clement, que recomendaba o gastarlo en uno mismo o invertirlo agresivamente y así generar más dinero para que luego lo heredaran hijos y otros familiares. Un estilo de vida austero, empeñado en esperar un futuro que, en el caso del articulista de The Wall Street Journal, es probable que no llegue nunca.
No se arrepiente de nada
Clements comenzó a tener problemas de equilibrio, por los que decidió consultar a un especialista médico que, tras realizarle una serie de pruebas, le informó de que un cáncer muy extendido en el pulmón había hecho metástasis en otros órganos vitales, entre ellos el cerebro. Curarse y envejecer no iban a ser una posibilidad.
Por todo ello, en el artículo publicado por The New York Times tras conocerse la enfermedad del gurú han querido saber: ¿ha servido para algo ahorrar tanto? La respuesta de Clements ha sido contundentemente afirmativa. “Yo tenía el control de todo”, ha asegurado al citado medio. “Podía ser tan austero o fastuoso como quisiera”.
Y es que, en su opinión, aunque no podrá disfrutar tanto de sus ahorros como tenía previsto, con el tiempo ha visto cómo su modelo le ayudó a no tener “preocupaciones financieras desde hace más de 20 años”. Así, para Clements, “el principal beneficio que nos puede dar el dinero es un sentido de seguridad financiera, y la única manera de lograr eso es no gastarlo y ahorrarlo”.
Acumular el dinero tampoco ha sido especialmente complicado para él, dado que siempre se ha tenido por una persona de gustos sencillos: un café por la mañana, un trabajo que le apasione, tener salud, hacer ejercicio, tomar algo de vez en cuando. “Eso es lo que he disfrutado hacer desde hace décadas y no puedo imaginar una mejor manera de pasar lo que me queda”.