La incontinencia urinaria es un problema común y a menudo incómodo que afecta la capacidad de controlar la liberación de orina. Se trata de una condición que puede variar desde la fuga ocasional de orina al toser o estornudar hasta una necesidad urgente y repentina que no permite llegar a tiempo al baño. Aunque puede afectar a cualquier persona, es más común en mujeres y en personas mayores.
La Clínica Mayo recoge varios tipos de incontinencia urinaria, como la incontinencia de esfuerzo. Esta ocurre cuando se ejerce presión sobre la vejiga a través de acciones como toser, estornudar, reír, hacer ejercicio o levantar algo pesado. Es más común en mujeres, especialmente después del parto o la menopausia.
La incontinencia de urgencia se caracteriza por una necesidad súbita e intensa de orinar seguida de una pérdida involuntaria de orina. Las personas que la padecen necesitan miccionar con frecuencia, incluso durante la noche. Esta condición puede ser causada por infecciones, trastornos neurológicos o diabetes.
Otros tipos de incontinencia son por rebosamiento, que se produce cuando la vejiga no se vacía completamente y lleva a goteos frecuentes o continuos de orina. Además, la incontinencia funcional también puede darse cuando una persona no puede llegar al baño a tiempo debido a limitaciones físicas o mentales. Por ejemplo, las personas con artritis severa pueden tener dificultad para desabrocharse los pantalones a tiempo.
Existen algunas causas y factores de riesgo que predisponen a sufrir esta condición, por ejemplo durante el embarazo y el parto debido a que el peso del feto puede debilitar los músculos del suelo pélvico. La edad es otro factor de riesgo importante, pues a medida que envejecemos los músculos de la vejiga y la uretra pueden perder parte de su fuerza. Así, también es frecuente que las mujeres con la menopausia sufran de incontinencia urinaria o pérdidas de orina
Los síntomas que alertan de que se está sufriendo de una incontinencia urinaria varían según el tipo, pero los más comunes incluyen pérdidas de orina al toser, estornudar, reír o hacer ejercicio; una necesidad urgente de ir al baño; micción frecuente, incluso durante la noche; y goteo continuo de orina.
¿Cómo prevenir y tratar las pérdidas de orina?
El tratamiento de la incontinencia urinaria depende también del tipo y la gravedad del problema, aunque las opciones pueden incluir algunos ejercicios de suelo pélvico o de Kegel para fortalecer los músculos, así como una medicación de anticolinérgicos para calmar una vejiga hiperactiva o estrógenos tópicos para las mujeres.
Existen algunos dispositivos médicos, como los pesarios vaginales, u otras intervenciones quirúrgicas más invasivas, como sería la inserción de una malla que sostenga la uretra.
Para reducir el riesgo de sufrir una incontinencia urinaria, la Clínica Mayo recomienda mantener un peso saludable, realizar ejercicios del suelo pélvico regularmente, evitar el consumo excesivo de alcohol y cafeína, no fumar y practicar hábitos de micción saludables. Así, se trata de una condición manejable con el diagnóstico y tratamiento adecuados, que varían y pueden adaptarse a las necesidades individuales, permitiendo a muchas personas llevar una vida más cómoda y activa.