Una empleada sale de urgencias habiendo recibido la baja médica y su jefe le dice por WhatsApp que no ha pasado el periodo de prueba

Inestabilidad, salarios bajos, jornadas interminables y malos tratos por parte de clientes y empleadores. Esta es la situación a la que se enfrentan día a día los camareros y camareras en España. Así, en un contexto en el que los abusos son constantes, cada vez son más los que deciden alzar la voz. Jesús Soriano, conocido como Soy Camarero en redes sociales, lleva siete años siendo el máximo representante de este tipo de denuncias a nivel social.

En la actualidad, el influencer acumula más de 150.000 seguidores en la red social X, antiguamente conocida como Twitter. Aquí comparte de forma diaria publicaciones en las que expone las situaciones que viven los trabajadores hosteleros en las distintas partes del país. Los testimonios en primera persona de ofertas de trabajo sin contrato y de tratos abusivos dan forma al contenido de la cuenta de Soy Camarero.

En este contexto, una de sus publicaciones más recientes ha generado una fuerte indignación entre los usuarios de X. En esta ocasión, el motivo ha sido la falta de humanidad mostrada ante una complicada situación de salud.

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“Vaya, qué casualidad...”, ironiza Jesús Soriano en una de sus últimas publicaciones. A buen entendedor, pocas palabras bastan. Pero la cuenta de Soy Camarero no deja espacio a la imaginación. De esta forma, a este breve mensaje le acompaña una captura de pantalla de una conversación de WhatsApp entre un trabajador y su jefe.

“Acabo de ir a urgencias. Tengo otitis en los dos oídos y amigdalitis. Me han dicho que vaya mañana con el médico de cabecera para que me den un par de días de baja. Te mando foto”, se leía en el mensaje que acababa de enviar el camarero. A esta información le seguía una fotografía del parte de médico de Urgencias.

La respuesta del jefe es inexistente, al menos en cuestión de palabras. Por lo que se ve en la imagen, un documento con un título en mayúsculas en el que puede leerse “no supera el periodo de prueba” sustituyó a las palabras de preocupación.

La publicación ha logrado superar las 150.000 reproducciones en menos de 24 horas. Por este motivo, la indignación se ha hecho con el protagonismo de las respuestas a Soy Camarero. “Las casualidades de los empresarios de este país. Da igual cuánto te esfuerces, te despiden en cualquier momento.”, lamenta una usuaria.

Por otra parte, han sido varios los que se han detenido en los aspectos más formales del asunto. “Dos cosillas. Nunca, jamás de los jamases, compartáis un informe médico de motu proprio (lo ideal es que nunca, pero ya conocemos a los empresarios). Y aun en periodo de prueba se puede pelear un despido (sí, esto se puede considerar despido)”, explica un seguidor de Soriano.

De igual forma, Luis F. Pallarés ha querido destacar la resolución de un caso reciente. “La STSJ Baleares 24 de enero 2023 (rec. 407/2022) resuelve un caso exactamente igual; declara nulo el despido. Ojalá el/la trabajador/a lo impugne, tiene 20 días hábiles para hacerlo (ojo, agosto es hábil”, escribe.

En una de sus más recientes publicaciones, Soriano compartió una captura de pantalla de una conversación que muestra una oferta laboral que ilustra dos de los problemas más acuciantes: el exceso de horas y la falta de días libres. La oferta mencionaba la posibilidad de ganar 1.200 € por 40 horas semanales, que podría subir a 1.600-1.800 € en agosto con más horas trabajadas, sin incluir días de descanso.

Un trabajador respondió pidiendo detalles sobre el horario y las libranzas, a lo que el empleador contestó: “Para 1.600 € no hay día de descanso”. Ante la negativa del trabajador, el empleador replicó sarcásticamente, diciendo “sigue buscando” acompañado de emoticonos de risa, lo que llevó al camarero a responder: “Siga buscando a alguien a quien explotar”. Esta publicación rápidamente superó las 100.000 visualizaciones, generando un fuerte sentimiento de indignación entre los usuarios.

La situación no es aislada. En sectores con salarios incluso más bajos, muchos trabajadores aceptan empleos en negro por un pago de 5 € la hora, según testimonios recogidos en redes sociales. El miedo al despido disuade a muchos de denunciar estos abusos. No obstante, las plataformas digitales han amplificado estas denuncias dando voz a quienes sufren estas condiciones en silencio y provocando una creciente conciencia pública sobre la precariedad en la hostelería.