Un nuevo tratamiento contra la metástasis acaba de incorporarse al panorama de las terapias oncológicas con la novedosa técnica de la ferroptosis, que es el proceso de muerte celular regulada dependiente del hierro. Ha sido un equipo de investigadores de la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Núremberg (FAU), la Universidad de Innsbruck, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Würzburg quienes han dado este importante paso.
Los resultados del estudio ya han sido publicados en la revista Nature Cell Biology y resultan bastante prometedores en el tratamiento del cáncer a través del ataque de células cancerosas migratorias. Aunque todavía son necesarias más investigaciones y estudios clínicos antes de lanzar el medicamento al mercado, los científicos esperan utilizar el fármaco contra ciertos tipos agresivos de cáncer, como el de páncreas o algunos tipos de cáncer de mama.
“Estos tumores hacen metástasis en una etapa muy temprana, pero a menudo pasan desapercibidos”, ha explicado el doctor Thomas Brabletz, profesor catedrático de Medicina Experimental II (Oncología Molecular) en la FAU y autor del estudio. “Eso los convierte en un problema especialmente complejo y mortal”. Fue el profesor Brabletz quien, hace 20 años, descubrió que la metástasis se producía por una migración de células madres cancerígenas.
Para que el proceso de metástasis se active, las células cancerosas epiteliales individuales, que son las células que componen el tumor compacto u “originario”, se transforman en células cancerosas con propiedades mesenquimales. Dichas células pueden viajar por el cuerpo y producir así la metástasis, transformándose de nuevo en células cancerosas epiteliales. Según Brabletz, “esta capacidad esencial de transformarse de un tipo de célula a otro se denomina plasticidad celular”.
Este equipo internacional de científicos ha descubierto un punto débil de estas células metastásicas migratorias, y es que durante su transformación, las células mesenquimales modifican su metabolismo y almacenan una alta concentración de ácidos grasos poliinsaturados en la membrana celular, lo que la hace más elástica. Sabiendo esto, los investigadores optaron por utilizar un mecanismo descubierto en 2012 y que actúa sobre la membrana de las células.
“La ferroptosis es una muerte celular no programada provocada por radicales de hierro y oxígeno, que también está relacionada con enfermedades neurológicas y otras enfermedades degenerativas. Los ácidos grasos se oxidan, dañan la membrana celular y finalmente destruyen la célula entera”, ha aclarado el doctor Brabletz.
En los experimentos llevados a cabo en los laboratorios, los expertos ya han observado la muerte de las células tumores mesenquimales tras haberlas atacado con la ferroptosis. Por ello, confían en que estos descubrimientos puedan abrir la puerta a nuevos tratamientos contra algunos cánceres agresivos o con una alta probabilidad de metástasis.
“Actualmente estamos trabajando en el uso de medicamentos para manipular ciertas enzimas para hacer que las células cancerosas sean más susceptibles a la ferroptosis”, ha concluido el profesor Brabletz. Debido a que las células epiteliales del tumor primario no responden a la ferroptosis por su baja concentración de ácidos grasos poliinsaturados, la idea a largo plazo es combinar este tratamiento con quimioterapia tradicional e inmunoterapia.