“Esto es good vibrations”, dice él entre risas. “Se dice feel good”, le corrige ella. No le falta razón. Dani Rovira y Susana Abaitua derrochan complicidad en la presentación de El bus de la vida, la película de Ibon Cormenzana que llega a las salas de cine españolas este miércoles. Su premisa, sencilla y emotiva, narra la historia de Andrés, un profesor de música que se muda al País Vasco y que, tras varias lecciones, descubre que padece cáncer de oído.
“La mires por donde la mires, es una delicia”, dice Rovira sobre la cinta en una entrevista con Infobae España. El actor y cómico admite que, para él, interpretar a Andrés ha sido volver a abrir una herida que hace tiempo que cerró. Durante la pandemia, Rovira anunció que padecía linfoma de Hodgkin, una variante de cáncer que afecta a un tipo de glóbulos blancos del sistema inmunitario.
Ahora, y de la mano de El bus de la vida, ‘revive’ la enfermedad que le obligó a cambiar sus perspectivas vitales. Participar en la cinta de Cormenzana ha supuesto dos cosas para él: “Darme cuenta, y tener la certeza, de que estoy curado a nivel físico, emocional y psicológico” y la “responsabilidad” de encarar a un personaje que ha de enfrentarse a la delicadeza y fragilidad de la vida. “Hay una cicatriz que no se me olvida, pero no duele, ya dolieron”, indica.
Junto a él está Abaitua, que interpreta a Mai, una joven que se encarga de trasladar a los pacientes con cáncer de la localidad de Orduña (Bizkaia) en su simpático bus, puesto que los enfermos de no cuentan con un servicio que les permita viajar hasta Bilbao para recibir un tratamiento adecuado. Ambos actores hablan de la importancia de saber desde dónde partía el ideario que rodeaba a la trama. ¿Desde la risa enlatada o por medio de la comedia empática? “Me encanta el humor absurdo, pero para esta película, que habla del cáncer, quería saber de dónde nacía la necesidad de contar la historia”, indica la actriz a Infobae España. Cuando leyó el guion y se percató de que el equipo “estaba repleto de buenas personas” que querían contar un relato “que les importaba para aligerar la vida de la gente”, Abaitua no dudó en poner en marcha el vehículo.
“En una película así había que ser especialmente fino”, replica Rovira sobre el equilibrio entre el drama y el humor que nutre El bus de la vida. Ni bromas excesivas ni un relato intenso que implique el uso de un pañuelo en la sala. “Independientemente del recorrido que tenga estos días en la taquilla y en las plataformas, a largo plazo va a ser una película referencial sobre el cáncer y va a cubrir un lugar en el cine español”, añade el actor. “¿Qué referente tienes de una de una película que trate esta enfermedad en nuestro país?”, se pregunta.
“En una película como ‘El bus de la vida’ había que ser especialmente fino. [...] Es cero condescendiente, cero paternalista, muy humana y con mucha comedia” | Dani Rovira
Para Dani Rovira y Susana Abaitua, El bus de la vida es una cinta “cero condescendiente, cero paternalista, muy humana y con mucha comedia”. También es protagonista la música y la creencia de que la vida es una amalgama de sueños por cumplir (y por los que pelear pese a las circunstancias desfavorables que puedan atormentar el camino). Junto a ellos, Elena Irureta, Antonio Durán “Morris”, Nagore Aramburu, Amancay Gaztañaga, Roberto Álamo, Iria del Río, Andrés Gertrúdix y los debutantes Pablo Scapigliati, Julen Castillo y Miriam Rubio.
El largometraje habla del miedo a enfrentarse a realidades desconocidas, pero también a aquellas que puedan suponer un reto o una salida de la casilla que otorga cierto confort. En la vida real, la espina clavada de Abaitua está relacionada con el trabajo. “Mi objetivo está puesto ahí, hacia dónde quiero ir y atreverme a seguir probando personajes”, indica. Rovira, en cambio, prefiere leer “todos los clásicos de la historia de la literatura mundial”. En verdad, pide tranquilidad. “Virgencita, que me dejen como estoy. No puedo pedir más. Ahora tengo salud, el curro va guay, tengo unos amigos que sí me merezco y soy muy celoso de mi tiempo libre”, concluye.