Es el fármaco de moda. Ozempic ha revolucionado el tratamiento de la diabetes y la obesidad hasta merecer que sus creadores recibieran el premio Princesa de Asturias de Investigación Científica. Este fármaco, cuyo principio activo es la semaglutida, solo está aprobado en España para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Su reciente atractivo en torno a la obesidad llegaría más tarde, cuando se descubrió que uno de sus efectos secundarios era la pérdida de peso. A raíz de Ozempic han aparecido en el mercado otros fármacos que intentan imitarle, como Wegovy, Saxenda o Mounjaro recientemente, aunque ninguno está financiado por Sanidad.
Entre este furor por un medicamento que parece haber revolucionado el tratamiento del sobrepeso están surgiendo algunas voces que alertan de una serie de efectos secundarios. Entre ellos, uno particularmente grave: muchas mujeres atribuyeron sus embarazos no deseados a la toma de Ozempic. Así ha comenzado toda una campaña en redes sociales de cientos de mujeres que afirman haber quedado embarazados mientras tomaban la píldora anticonceptiva. Otras incluso habían sido diagnosticadas de infertilidad.
Estos “bebés Ozempic” han despertado el interés de la comunidad científica, cuyas primeras investigaciones indican que es posible que este fármaco aumente la fertilidad. Sin embargo, los estudios aún son incipientes y no terminan de ser concluyentes, pues todavía es necesario recoger más datos. De momento, se trabaja con hipótesis en las que se baraja que los medicamentos agonistas del GLP-1 aumentan la fertilidad de las personas. Novo Nordisk, la farmacéutica detrás de Ozempic y Wegovy, ha reconocido que no se hicieron pruebas de la semaglutida en mujeres embarazadas o con intención de estarlo. Además, han recomendado que se deje de tomar el medicamento meses previos a la gestación para evitar la exposición del feto al fármaco.
El motivo de por qué ocurre esto es aún desconocido. Los fármacos GLP-1 liberan una versión sintética de una hormona natural llamada péptido, similar al glucagón 1, que transmite la sensación de saciedad después de comer. Medicamentos como Ozempic se unen al mismo receptor que la hormona, pero se degrada más lentamente, lo que suprime el apetito durante más tiempo.
Las personas con sobrepeso y obesidad tienden a sufrir alteraciones en su ciclo menstrual a causa de los desequilibrios hormonales. Por ello, algunos científicos consideran que la pérdida de peso que provoca Ozempic puede restablecer la ovulación normal en estas mujeres y aumentar así su fertilidad. Sin embargo, la doctora Nicole Templeman, bióloga celular de la Universidad de Victoria en Canadá, considera que la explicación va más allá del peso: “Los receptores GLP-1 tienen sus propios efectos en el sistema reproductivo que parecen ser independientes de la pérdida de peso”.
Ozempic no es una cuestión aislada
Ozempic no es el único fármaco de estas características que parece estar provocando embarazos no planificados. Mounjaro, la nueva opción en el mercado para adelgazar, también se ha asociado a un aumento de la fertilidad en aquellas mujeres que lo han utilizado. La compañía fabricante, Eli Lilly, ha aconsejado a las usuarias utilizan métodos anticonceptivos adicionales durante la toma de tirzepatida, pues han descubierto que este compuesto es capaz de absorber los anticonceptivos orales y hacerlos menos efectivos.
Los GLP-1 reducen la velocidad con la que los alimentos se vacían en el estómago y pasan a los intestinos, y de igual modo lo hacen con medicamentos como los anticonceptivos orales que se absorben en el torrente sanguíneo. Las recientes investigaciones apuntan que la semaglutida (Ozempic) parece afectar menos a los anticonceptivos hormonales que la tirzepatida (Mounjaro), aunque son necesarios más estudios al respecto.