La hormona antimulleriana (AMH) es una proteína producida principalmente por los folículos ováricos en mujeres y por las células de Sertoli en los testículos de los hombres. Su papel y relevancia en la fertilidad han sido ampliamente estudiados en los últimos años, convirtiéndola en un marcador clave para evaluar la reserva ovárica y la salud reproductiva.
La AMH es una hormona glicoproteica perteneciente a la familia de los factores de crecimiento transformante beta (TGF-beta). En las mujeres, se produce en las células de la granulosa de los folículos ováricos en desarrollo. Su producción comienza en la etapa fetal y continúa durante la vida reproductiva de una mujer, disminuyendo gradualmente con la edad hasta casi desaparecer en la menopausia.
La AMH juega varios roles cruciales en el desarrollo y funcionamiento del sistema reproductivo, como recoge Medline Plus:
- Diferenciación sexual. Durante el desarrollo fetal masculino, la AMH es producida por las células de Sertoli en los testículos. Esta hormona induce la regresión de los conductos de Müller, estructuras que en ausencia de AMH se desarrollarían en el útero, trompas de Falopio y parte superior de la vagina en un feto femenino. Por lo tanto, la AMH es fundamental en la diferenciación sexual masculina.
- Desarrollo folicular. En las mujeres, la AMH regula el desarrollo de los folículos ováricos. Ayuda a limitar la entrada de los folículos en el proceso de maduración y mantiene el suministro de folículos para que no se agoten prematuramente.
- Marcador de la reserva ovárica. La concentración de AMH en la sangre refleja la cantidad de folículos antrales presentes en los ovarios. Por esta razón, se utiliza como un marcador de la reserva ovárica, es decir, la capacidad del ovario para proporcionar óvulos viables para la fertilización.
La hormona antimulleriana y la fertilidad
La medición de los niveles de AMH es una herramienta clave en la evaluación de la fertilidad femenina. Esto se debe a que los niveles de AMH son indicativos de la cantidad de folículos antrales en los ovarios. Una alta concentración de AMH sugiere una buena reserva ovárica, mientras que niveles bajos pueden indicar una baja reserva ovárica, lo que puede ser un signo de envejecimiento ovárico o insuficiencia ovárica prematura.
En tratamientos de fertilidad como la fertilización in vitro (FIV), los niveles de AMH pueden predecir cómo responderá una mujer a la estimulación ovárica. Mujeres con niveles más altos de AMH tienden a responder mejor a los medicamentos que inducen la ovulación, mientras que aquellas con niveles bajos pueden requerir ajustes en su tratamiento.
La AMH también puede ayudar en el diagnóstico de ciertos trastornos ováricos. Por ejemplo, mujeres con síndrome de ovario poliquístico (SOP) suelen tener niveles elevados de AMH debido a la presencia de un gran número de folículos antrales. En contraste, niveles muy bajos pueden ser un signo de insuficiencia ovárica prematura o menopausia.
Para mujeres que desean posponer la maternidad, la medición de AMH puede proporcionar información valiosa sobre su ventana de fertilidad. Esto puede ayudar a tomar decisiones informadas sobre la preservación de la fertilidad, como la congelación de óvulos.